
Vendedor de avellanas pide a alcalde Neira comercializar sus productos en las calles
Juan Antonio Burgos Campos hace 35 años que recorre las calles de Temuco para vender avellanas y harina de avellana en las diferentes arterias del centro de la ciudad.
Gracias a esta labor pudo salir adelante en difíciles momentos de su vida, sin embargo, este último tiempo advierte que su trabajo se ha complicado. "Los municipales no me han dejado trabajar tranquilo. Yo llevo años ejerciendo este trabajo y lo hago por necesidad, no por gusto", comenta.
Advierte que ha buscado trabajo, sin embargo, a los 65 años y tras sufrir un infarto, es la única alternativa que tuvo para salir adelante.
35 años de esfuerzo
Burgos explica que en estos 35 años solamente al comienzo tuvo problemas, pero que hasta la actualidad había podido desarrollar su labor sin inconvenientes, no en un lugar fijo sino que caminando por las calles del centro con su canasto con productos, conversando con clientes que lo conocen desde los inicios. Reconoce que es un oficio al que le ha tomado cariño con el paso del tiempo.
Oriundo de la localidad de Lastarria, en invierno y verano, a primera hora de la mañana arriba a la capital regional. "Ahora me quieren quitar la mercadería", dice, agregando que hace un par de días un inspector municipal le dijo que no puede vender en Prat o Bulnes. "Si lo pillamos por acá le vamos a quitar su mercadería", le dijeron.
"La gente me conoce y me apoya, pero lo único malo es que no me dejan ejercer mi trabajo, si tuviera uno distinto, dejaría esto. El trato que me dan es discriminatorio y humillante. No cometo ningún delito y estoy orgulloso de lo que hago", dice.
Agrega que gracias a su labor pudo educar a su hijo, que es mecánico.
"Le pido al alcalde Neira que por favor que las personas que él contrató actúen a conciencia porque somos seres humanos", dice, "yo exijo que se me respete, yo trato de respetar a los demás".
"Hay familias detrás"
Burgos dice que necesita trabajar y que no le hace daño a nadie. "Muchos de Lastarria venimos a trabajar a Temuco. Hay gente que se levanta a las seis de la mañana".
"Que el alcalde sepa que detrás de cada comerciante hay esposa y niños. Yo reconozco que la ciudad está más ordenada, pero a qué costo", finalizó.