Mariquina
Por estos días me encuentro de visita en la región de Los Ríos, invitado a dictar charlas sobre mis libros a las comunas de Mariquina, Valdivia y los Lagos. Se trata de una región con mucha historia que contar. El valle de Mariquina, donde por estos días me encuentro de visita, ya figura en las crónicas españolas en los tiempos de Pedro de Valdivia. Fue en 1551, en una de sus campañas militares en territorio mapuche, que el fundador de Chile pasó por estas tierras y de manera no muy amigable. Lo hizo en ruta hacia el poblado mapuche-williche de Ainil, sitio donde un año más tarde sería fundado el fuerte y poblado de Santa María la Blanca de Valdivia.
Permítanme contarlo. La historia de la actual capital regional comenzó para los españoles con el descubrimiento de la bahía de Corral que hizo la expedición del piloto Juan Bautista Pastene y el capitán Jerónimo de Alderete en septiembre de 1544. Ambos remontaron más tarde el estuario del río Valdivia, informando al Gobernador de Chile de la existencia del poblado indígena. Pastene recomendó levantar allí un puerto fluvial que sirviese de apoyo a las naves españolas que venían desde Europa remontando las difíciles aguas del Pacífico Sur. Pero no sería tan fácil hacerlo.
Según las crónicas de Pedro Mariño de Lobera, Valdivia llegó a la zona de Mariquina en octubre de 1551, después de fundar el fuerte y poblado de La Imperial. Su plan era llegar hasta el río que siete años antes había remontado Pastene para fundar allí una nueva ciudad. La crónica añade que el ejército español levantó un campamento junto a un río que los williche denominaban Quepe (hoy río Cruces), en el valle de Mariquina. Allí Valdivia tomó contacto con los principales lonkos de la zona y si bien al principio todo fue diplomático, pronto los jefes indígenas advirtieron las intenciones españolas de quedarse en sus tierras, tomando la decisión de expulsarlos.
Fue así como el 3 de diciembre de 1551 decidieron enfrentar a los europeos en una acción que se conoce como la Batalla de Mariquina. Según Mariño de Lobera los guerreros williche atacaron el campamento español, pero sus soldados sacaron a relucir lo mejor de su poderosa caballería, aplastando a los atacantes que huyeron despavoridos. "No contento con esta miseria los españoles iban lanceando a los que alcanzaban sin perdonar a hombres y matasen muchos más si no fuese porque entonces cerró la noche y les convino irse recojiendo", relata el cronista.
Desde Mariquina los españoles aprovecharon el cauce navegable del río Cruces y así llegaron hasta lo que hoy se conoce como el barrio de Las Ánimas, no encontrando mayor resistencia a su paso. Valdivia exploró la tierra y se encontró con un terreno plano -posiblemente una cancha de palín, sostienen los historiadores- y allí mandó a trazar la plaza principal. Así el 9 de febrero de 1552 se fundó la ciudad que hoy rinde honores a su apellido. Pedro de Valdivia jamás pudo regresar a la zona. Al año siguiente sería capturado por los guerreros del toqui Lautaro en la Batalla de Tucapel y condenado a muerte tras un consejo de guerra. Mariquina, en tanto, se transformaría en el siglo XVI en puerta de entrada norte a los fuertes españoles de la zona, con una intensa actividad misional de la Iglesia Católica que se mantuvo durante todo el período colonial. La actual comuna de Mariquina fue fundada oficialmente el 7 de diciembre de 1850 por el presidente Manuel Bulnes. Pero como ya vimos, su rica historia comenzó mucho antes.