La Virgen del Carmen, Patrona de Chile, dice: Cristo es el Señor
Se trata de un tema de discusión mundial. En Francia, se prohibió el uso de teléfonos en colegios. También hay algunos casos en nuestro país. Cristo quiere ser Señor no sólo de cada persona y de cada familia, sino de la sociedad y de las Naciones.
La presencia de la Virgen del Carmen en la historia de Chile expresa el alma cristiana de la Patria. Esto lo sabían muy bien los primeros patriotas, quienes ponen la naciente Nación en manos de María, la Madre del Señor. El templo de Maipú surge del voto de Bernardo O'Higgins.
La plenitud de la vida social de Chile depende de su alma cristiana. La actual desintegración social, fruto de la imposibilidad de aunar todas las voluntades en un mismo proyecto de país, tiene su causa en el vano intento de darle a la Patria un alma no cristiana.
En la historia de la Iglesia siempre ha habido fuerzas contrarias a Cristo, como ya lo advirtió el Señor: "Los envío como ovejas en medio de lobos" (Mt 10,16). Los mártires de todos los siglos son ejemplo de ello. Pero la Iglesia y los cristianos son enviados "para que al nombre de Jesús se doble la rodilla ante cuanto hay en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre" (Fil 2,10-11).
Cristo quiere ser Señor no sólo de cada persona y de cada familia, sino de la sociedad y de las Naciones. Este es el apremiante mensaje de San Juan Pablo II: "¡No tengan miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad! ¡Ayuden al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo y, con la potestad de Cristo, servir al hombre y a la humanidad entera! ¡No teman! ¡Abran, más todavía, abran de par en par las puertas a Cristo! Abran a su potestad salvadora los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo. ¡No tengan miedo!".
El problema hoy en la Iglesia es que, de un tiempo a esta parte, entre muchos católicos se ha introducido el liberalismo ideológico, especialmente entre las élites. El católico liberal es aquel que ha llegado a la convicción de que la sociedad como tal no puede ser configurada por Cristo. Aunque quizá no se de cuenta, ha separado la fe en Cristo de la vida social y de todas sus dimensiones (cultura, educación, familia, salud, economía, arte, ecología, política…). Así, entre otros ejemplos, el católico liberal está convencido que la doctrina acerca de la transmisión de la vida expresada por San Pablo VI en Humanae vitae es inaplicable. Indebidamente se contrapone la verdad del hombre con la "realidad concreta" del hombre.
Esta oposición o separación entre la verdad y la "realidad" conduce a la actual desintegración social e incapacidad de muchos católicos de ser sal de la tierra, luz del mundo y levadura de la masa (ver Mt 5,13-14; 13,33). La consecuencia ha sido la mundanización de los cristianos y la secularización de la sociedad.
La devoción a la Virgen del Carmen es expresión de la centralidad de Cristo en la vida de Chile.