Correo
Alza de la luz y energía sustentable
El aumento de las tarifas eléctricas en Chile afectará a los hogares más vulnerables. Si bien el país cuenta con una estrategia de transición socioecológica "justa", los costos recaen en quienes sufren los impactos de la generación energética y en aquellos que tienen menos posibilidad de costearla.
En 2020, el Banco Mundial señalaba que el 99,8% de los chilenos tenía acceso a electricidad. Sin embargo, la encuesta Casen 2022, mostró que casi el 17% de la población es vulnerable. A pesar de la accesibilidad a la electricidad, si los hogares deben destinar gran parte de sus ingresos a cubrir los costos de la energía, hablamos de pobreza energética.
Según la CNE, la minería usa el 35% de la electricidad total del país -versus el 15% residencial- mostrando que la distribución no es equivalente y privilegia a la industria. Esta es la raíz de la pobreza energética, evidente en la destrucción de territorios como Quintero-Puchuncaví, Mejillones, Lota-Coronel y otros conflictos entre empresas, pueblos enteros y sus comunidades.
Chile se comprometió en la COP25 a alcanzar un 70% de uso de energía renovable para el 2030. Así, el debate sobre la energía en nuestro país alcanzó velocidad y visibilidad. En función de los desafíos globales y compromisos internacionales se han desarrollado distintas estrategias para una transición energética y para una transición justa, esta última poco realista y mal ejecutada.
El alza en las tarifas representa una oportunidad para integrar perspectivas económicas, sociales y medioambientales a la construcción de soluciones, las cuales pueden incluir mejoras en la eficiencia energética de las viviendas, fomento de proyectos de energía comunitaria y desarrollo de programas educativos. La justicia energética no es sólo una cuestión de equidad social, sino una necesidad imperativa para el desarrollo sostenible.
Felipe Fontecilla
Sobre la nueva normalidad en la oficina
La oficina, sería el nuevo símbolo de la estabilidad y la nueva normalidad post pandemia, con los líderes reconsiderando la forma en que las diseñan en función de los nuevos hábitos que la era covid nos dejó.
Todo lo vivido se tradujo en beneficios palpables en el cómo y dónde trabajamos, fomentando cambios -o más aún, mejoras- que hoy permiten que hablemos con tanta cotidianidad de flexibilidad, teletrabajo y nomadismo digital. También de espacios abiertos, on demand y con características nunca antes vistas -como duchas, camarines, cabinas para reuniones individuales, entre otras-, que llevan a otro nivel la compatibilidad bienestar - productividad.
Como consecuencia, la dinámica laboral completa hoy es flexible y el trabajo híbrido es un mindset ya instalado. Por eso, es tan importante que hablemos de estos temas, porque hoy la retención y, sobre todo, la atracción de talentos tiene todo que ver con eso: más que expectativas, es el estándar.
Rocío Robledo
Chile, una nación en crisis
Nuestro país está atravesando por diversas crisis, algo que ya no es una novedad. Sin embargo, la crisis más compleja que enfrentamos es la de «credibilidad de las instituciones». Esta crisis es particularmente peligrosa porque, si comenzamos a cuestionar todas las decisiones que toman los poderes del Estado -Ejecutivo, Legislativo y Judicial-, podríamos llegar a la conclusión de que no vale la pena seguir obedeciéndolas. Esto podría llevarnos a un escenario en donde el pacto social se quebrante y el estado de naturaleza se convierta en nuestro destino fatal.
Por esta razón, es crucial que nuestras autoridades políticas tomen decisiones con responsabilidad y sensatez, y que actúen a la altura de la situación en la que se encuentra este nuevo país, un país en una constante crisis.
Felipe Jara S.