Frases
"El deporte, aparte de ser un tema de prevención, también nos llena de orgullo por quienes nos representan".
Roberto Neira,
"Siempre estar considerada en un proceso de este nivel es un motivo de orgullo".
Constanza Cárdenas,
"El deporte, aparte de ser un tema de prevención, también nos llena de orgullo por quienes nos representan".
Roberto Neira,
"Siempre estar considerada en un proceso de este nivel es un motivo de orgullo".
Constanza Cárdenas,
En la vida cristiana hay muchas bendiciones que a veces el mismo cristiano no logra apreciar adecuada o totalmente. Por ejemplo, podríamos preguntarnos por qué Jesucristo nació del pueblo judío, ¿Por qué no lo hizo de cualquier otro pueblo? No fue algo fortuito o casual, sin importancia. El Señor Jesucristo nació de un pueblo que estaba bajo la Ley (no así los demás pueblos) porque Él traía el propósito de liberarnos de la Ley (Rom. 8:2). De la misma forma, tomó un cuerpo mortal porque nos iba a liberar de la muerte. Sin embargo, los israelitas no le recibieron, no le "conocieron" porque no tenían un concepto adecuado de para qué servía la Ley. Ellos la recibieron pero perdieron el concepto original, atendiendo solamente a los detalles ceremoniales, creían que la ley era un medio para alcanzar salvación (circuncisión).
Actualmente, debemos tener un concepto exacto de para qué Dios nos ha dado el privilegio de recibir tantas bendiciones y así aprovecharlas como a Él le agrada. Pero es preciso preguntarse ¿para que nos sigue sirviendo la ley? La respuesta es evidente, en primer lugar para tener conocimiento del pecado (Rom. 3:20); de hecho, la ley les fue dada a los judíos para que pudieran ver como en un espejo su vida y darse cuenta de que no estaban haciendo las cosas como Dios quería. Era para hacer evidentes sus pecados. Pero también "es como un ayo para conducirnos a Cristo" (Gal. 4:1-7) Al darse cuenta de la imposibilidad de cumplir la ley, el hombre era llevado a reconocer que necesitaba de alguien que lo exonerara de su culpabilidad, que justificara sus faltas, y sólo Cristo lo podía hacer.
Y finalmente la ley, siendo sombra de lo que había de venir, podemos a modo de aplicación para nuestra vida, señalar que Dios abolió la ley judaica por medio del sacrificio de Cristo. No obstante, actualmente el Señor nos muestra por medio de ella muchas enseñanzas espirituales que nos ayudan a conocerle más. Usándola como sombra, nos muestra interpretaciones que al aplicarlas a nuestra vida nos llevan a consagrarnos para Él.
En conclusión, podemos advertir que la ley es algo que aunque lo queramos considerar o no, servirá como instrumento de castigo para quienes pasen por alto las acciones divinas que tienen relación con la redención del hombre, en su camino a la eternidad. Por esta misma razón, Jesús en Lucas 16:29, dice de primera fuente que quien no crea a Moisés y a los profetas, tampoco creerá, aunque alguno se levantare de entre los muertos. Por tanto, lo que conozcamos de la ley divina, será suficiente para responder ante un Dios implacable.
El 29 de agosto se conmemora el Día Nacional de las Personas Mayores, en donde se reconoce la contribución que realizan a la sociedad, fomentando su mayor inclusión y bienestar. Se ha promovido una preferencia creciente por el uso del concepto "personas mayores" en lugar de "adultos mayores", considerando que "personas mayores" es más inclusivo y respetuoso, ya que pone énfasis en las personas antes que en su edad.
En Chile, este grupo etario ha tenido un incremento progresivo. De acuerdo a las proyecciones del INE en 2023, el 19% de la población correspondía a personas sobre los 60 años, lo que equivaldría a 3,6 millones de ciudadanos.
Como país, plantea Judith Guajardo, directora de Trabajo Social de la Universidad Central, debemos estar preparados para devolver a nuestras personas mayores todo lo que aportaron la sociedad. Sin embargo, el reconocimiento a su contribución no sólo debe traducirse en políticas públicas y prácticas sociales que respeten y promuevan su bienestar. Uno de los problemas más evidentes es la precariedad económica y las pensiones, en muchos casos insuficientes; el acceso limitado a servicios de salud de calidad y brechas significativas entre los sistemas obliga a muchos adultos mayores migrar de su Isapre a Fonasa; y, además, la salud mental.
Es evidente que necesitamos un cambio profundo en la forma en que abordamos el envejecimiento en Chile. Este cambio debe comenzar por un reconocimiento más pleno del valor de las personas mayores. Así como un compromiso serio con la mejora de sus condiciones de vida. Vivir y estar bien, tener derecho a una vida plena y significativa, en la que sientan que su sociedad sigue manteniendo su valoración, como sujetos activos.