La lectura de la Biblia nos capacita para dar expresión a nuestra fe. Mucha de la gente que nos rodea no conoce la palabra de Dios, y en muchas ocasiones usted será la única persona que puede hablarles acerca de Dios, su amor y lo que él desea hacer en la vida del hombre. Usted es responsable de comunicar y transmitir lo que usted cree y ha recibido de Dios a quien necesite escucharlo.
Pedro dijo: "estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros", (1 Pedro 3: 15). La única forma de estar en condiciones de contestar al que tiene dudas, callar al que se burla u orientar al que sinceramente busca la verdad, será estando siempre preparados leyendo y estudiando diariamente la Escritura. Si desea compartir en forma efectiva de Cristo con otros, es indispensable que tenga por lo menos un conocimiento básico de la Palabra de Dios.
Pero también nos garantiza el éxito. Todos anhelamos tener éxito en el campo de actividad que hemos elegido. Pues bien, la lectura de la Biblia nos enseña cómo prosperar y cómo conducirnos para que todo nos salga bien. En la Biblia se nos revela el secreto de Dios para alcanzar el éxito. Por todas las páginas de la Biblia yacen incrustados los más profundos y reveladores consejos de Dios para llegar a la cima del triunfo. "Nunca se aparte de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien" (Josué 1: 8).
Meditar o reflexionar diariamente en la palabra de Dios nos llevará a descubrir y descifrar los consejos de Dios y a la vez estos se mantienen siempre frescos en nuestra mente y corazón, garantizándonos el éxito que todos buscamos. "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en ella medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará". (Salmos 1:1-3).
Esta clase de productividad diaria es el resultado de alimentar la mente todos los días con la palabra de Dios. Lamentablemente, para muchos no es atractivo dedicar tiempo a la lectura de la Biblia y refrescar la mente cada día con la Palabra de Dios. Si entendiéramos que un momento de recogimiento con Dios diario hará que el día sea más productivo y con mejores resultados...
Pastor presbítero Pablo Pinto Salamanca,
vicepresidente Consejo Regional
de Pastores Evangélicos de La Araucanía