Volver con el proyecto WTE
Hace unos años pudimos celebrar la noticia del rechazo al proyecto de la planta incineradora de basura WTE en Lautaro. Esto generó diversas miradas, desde la misma empresa que ven en esto el potencial cierre de un negocio, el de la comunidad del cierre de un punto de trabajo y quizás grupos de usuarios de este tipo de energía.
Pero la mirada a largo plazo, como ecología sustentable, indicaría que es una buena noticia, pero parece que el negocio aún es interesante y en las últimas semanas hemos visto una seria campaña mediática y de relaciones para volver a poner le proyecto en evaluación.
Si bien el manejo de residuos con plantas incineradoras es parte de una solución al problema de los desechos, debe convenir que las normas aún no son muy claras. Principalmente se consideró la emisión de material particulado y el control de algunos gases, con una mirada de salud pública, pero en ese momento no se miró el problema de emisión de gases y de residuos tóxicos, los cambios en la pluma de aire y el uso de suelos y efectos en comunidades originales cerca, del lugar emisión y de la pluma de gases, con sus depósitos, cerrando tampoco con la norma de olores.
La norma europea ha sido dura con las plantas de incineración e incluso con el cierre de diversas de ellas, porque se han vuelto un problema de gases emitidos. Canadá es otro referente, donde sí tuvo mucho uso en generación de calor, pero se está revisando el tipo de material a incinerar, así como el control de gases emitidos.
Entonces si bien WTE puede ser un aporte a un matriz de soluciones, poco se ha avanzado en el problema para solucionar: qué hacemos con los residuos en la región, lo que se ha integrado es el multiuso de este recurso. Es una fuente de nutrientes que debemos manejar para reintentar carbono y nitrógeno a sus ciclos. ¿Cómo hacerlo? No hay una respuesta fácil, pero diversas iniciativas pueden ser aplicadas, el uso de compost puede ser una aplicación sumado a educación en re-uso de esta materia.
Súmele ideas de reducción, educación organización de bases para uso de residuos orgánicos y podríamos hablar de una reducción en más de un 50% de los residuos sólido. Posiblemente, un sistema de incinerado acotado a ciertos tipos de residuos, como parte de una matriz de manejo de residuos puede ser pensada de nuevo, pero por el momento, buscar su aprobación no parece pertinente y podemos presentar un manejo más amplio de los residuos, que lleva a aprovechar una oportunidad de recuperación de suelos, al menos en nuestra región
Jorge Parodi, Tonalli Ltda.
Pesupuesto de Cultura
Variadas figuras artísticas e intelectuales han salido en defensa del presupuesto del Ministerio de las Culturas en el proyecto de ley de presupuestos de 2025. Argumentan sobre el valor que tiene la cultura para la salud personal y social, para el desarrollo de los pueblos, para la educación y el alma de la gente; se refieren quizás, a lo que Aristóteles llamaba la "buena vida", distinta a la "mera vida" que es la pura subsistencia, entendida como la constante lucha contra las necesidades materiales. Así, cuestionan los reparos que se expresan en el Congreso frente al aumento del mencionado presupuesto.
Creo que todas sus valoraciones son ciertas, más aún si las leemos bajo el lente aristotélico, pero creo muy importante aclarar dos cosas, una material y una conceptual:
1) Lo que merece crítica no es el presupuesto total del Ministerio de las Culturas, mucho menos la inversión total que el Estado y la sociedad civil hacen en cultura; el rechazo es al aumento del 60% del presupuesto del nombrado ministerio, que implica, por lejos, la mayor alza sectorial de la propuesta presupuestaria de 2025, es decir, el problema es la cuantía del aumento, sobre todo al comparar con áreas como seguridad, educación (base de la cultura) y salud.
2) El filósofo señalaba que la polis nace para las necesidades de la vida, pero subsiste para el buen vivir, es decir, y esto es evidente, que no hay buen vivir sin un mínimo de seguridad sobre las necesidades básicas de la subsistencia. Esto está en crisis en Chile; con la violencia y la delincuencia, con las listas de espera más grandes de la historia y hospitales desfinanciados, más la educación en caída libre.
Por todo lo anterior ¿cómo se entiende un aumento tan grande en un ministerio que no atiende ninguna de estas acuciantes necesidades?
Marcelo Estrella Riquelme, politólogo