Debido a la Navidad y Año Nuevo, tradicionalmente hay un gran aumento en las compras que realizan las familias, por lo cual los tan esperados aguinaldos ayudan a enfrentar esta situación de mejor manera. El aguinaldo ha sido, por años, un beneficio arraigado en la cultura nacional, como una forma de fidelización de las empresas con sus colaboradores, que siempre lo han valorado.

En el caso de los empleados públicos, este pago está regulado por ley. Sus montos para 2024 pueden servir como guía para que las empresas privadas calculen el beneficio que entregarán, que queda a su criterio, a menos que las cifras estén establecidas en el contrato particular o en el colectivo. Para los trabajadores públicos, los aguinaldos navideños dependen de su remuneración líquida mensual. Este año el beneficio será de $68.865 para aquellos trabajadores cuya remuneración líquida percibida en noviembre del 2024, sea igual o inferior a $1.025.622. Y para quienes perciban una remuneración líquida que supere tal cantidad en esa misma fecha, el monto será de $36.427. Para los pensionados del IPS, el monto base es de $27.884, que aumenta en $15.753 por cada carga familiar que tenga acreditada al 30 de noviembre de 2024.

En el sector privado, el beneficio queda al criterio de cada empleador.

Sin duda, será un buen estímulo para el comercio, en momentos en que se necesita más dinamismo en la economía. Este año, la situación se ha visto afectada por el bajo crecimiento económico, las altas cifras de desempleo y el aumento de las ocupaciones informales. Seguramente este período navideño será también la oportunidad para la reflexión acerca de lo que ha sido el año que está por terminar, y para sacar las mejores lecciones para cada familia.

"Hemos entrado a un nuevo proceso. Dios me ha permitido por estos próximos tres años, asumir como presidente regional del Consejo de Pastores y Organizaciones Evangélicas de La Araucanía, y en este nuevo proceso, Dios nos bendice al poder llegar a un punto de mayor fortaleza para seguir adelante con los desafíos tan loables del reino de Dios.

Siempre los nuevos procesos traen nuevas expectativas. Sin duda, las apariciones de Cristo, después de su resurrección, marcarán el inicio de un nuevo proceso también para sus discípulos, quienes ahora serán encomendados a experimentar la fe en su mayor nivel.

Uno de esos momentos fue el que relata Juan; "…Y Jesús les dijo: "¡La paz esté con ustedes!" Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe". Tomás respondió: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!".

Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Éstos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan vida en su Nombre" (Jn 20, 26-31).

Estas últimas expresiones del texto sagrado son determinantes, pues aquí está lo suficiente para despertar y animar la fe de los que han sido convocados a creer. Porque todo el pasaje no habla de otra cosa sino de la fe, la fe de los apóstoles que habrán de catalizar por la experiencia del Cristo Resucitado, para que puedan emprender la aventura de ser enviados a anunciar la Buena Noticia, del mismo modo en que ha sido enviado Jesús al mundo, del mismo modo con el mismo despojamiento, abrazando la misma pobreza que abrazó Cristo, con la misma confianza puesta en el poder del Padre y no en las propias fuerzas y estrategias, como lo hizo Cristo, con la misma disposición de empeñar la vida entera con tal de que el mundo crea y se salve.

De la fe que con un elogio se nos reclama a nosotros: ¡Felices los que creen sin haber visto!, nosotros ya hemos creído en su obra plenamente, y por cierto, anhelamos que en una fecha tan significativa como la que celebraremos, usted pueda reflexionar sobre la necesidad en su vida de la verdadera paz que Cristo ofrece.

Este fue el mensaje de los Ángeles a los humildes pastores, "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres" Lucas 2:14.d.

Pastor Presbítero Pablo Pinto Salamanca,

Consejo Regional de Pastores Evangélicos de La Araucanía