Por intermedio de la prensa nos hemos enterado este último tiempo de la cercanía y relación amigable con la muerte, producto de las enfermedades con diagnóstico terminal que aquejan a José "Pepe" Mujica, ex presidente del Uruguay y a Miguel "Negro" Piñera, músico cuya vida nocturna en Chile, durante el último medio siglo, lo ha mantenido en los titulares de la farándula. Aunque tan diferentes en su naturaleza y sus enfoques, esto nos invita a reflexionar sobre la vida misma.
Ambos, desde sus respectivas trayectorias, según lo expresado por la Inteligencia Artificial (IA) al ser consultada vía ChatGPT, nos enseñan que la muerte no debe ser vista como un final, sino como una parte más del ciclo de la existencia. Mujica, con su profunda sabiduría, nos deja una lección de humanidad y compasión, mientras que Piñera, con su irreverencia y pasión, nos recuerda que la vida es, ante todo, un disfrute a todo gas.
Al despedirse de sus compatriotas, Mujica nos ha entregado valiosos conceptos como cuando dijo: "no vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta". Como olvidar lo que dijo en su reconocido discurso en la ONU en septiembre de 2013: "hemos sacrificado los mejores dioses inmateriales y ocupamos el tiempo con el dios mercado; él nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida y hasta nos financia cuotas de tarjeta de apariencia de felicidad, pareciera que hemos nacido solo para consumir y consumir". Y después cuando agrega: "suplantamos la vida por el consumismo funcional, funcional a la acumulación", o cuando expresa que: "la política, la eterna madre del acontecer humano, quedó engrillada a la economía y al mercado".
La cercanía de la muerte, para Mujica, nunca ha sido un concepto lejano ni temido. Desde joven, la muerte estuvo presente en su vida, no sólo como resultado de su activismo político, sino también por lo citado antes, como un tema que le permitió abordar la vida desde un lugar menos materialista, menos apegado a las certezas cotidianas.
En su discurso, Mujica siempre ha resaltado la importancia de vivir en coherencia con los valores que uno profesa, el amor a la vida sencilla y la necesidad de no aferrarse a lo superficial. Frente a la muerte, su actitud no ha sido de miedo ni de desesperación, sino de una aceptación serena que, al mismo tiempo, invita a vivir plenamente. Como un hombre que sufrió y sobrevivió a la brutalidad de la dictadura, Mujica ha hablado en varias ocasiones de la muerte no como una enemiga, sino como una presencia inevitable, natural y, en su caso, liberadora.
Por su parte, Miguel Piñera, más conocido como el "Negro" Piñera, ha sido una figura muy querida y emblemática del mundo musical y noctámbulo de Chile. Un hombre de irreverencia artística, bohemio, músico de rock y creador de un estilo propio que se nutre tanto de las influencias musicales internacionales como de la cultura local, Piñera ha sido un personaje que representa en su más nítida esencia, el trasnoche y la parranda.
En sus últimos años, la vida de ambos se convierte en una oportunidad para pensar en lo que verdaderamente importa: el legado de amor, de lucha y de creación que dejan en un mundo que, a pesar de todo, sigue necesitando de figuras que desafíen las convenciones y nos enseñen a enfrentar, convivir y, así como lo están haciendo ahora, a palabrear con la muerte, ese proceso al que todos inexorablemente llegaremos.