Victimización en el comercio
En el caso de Temuco, 61% de los locales comerciales fue víctima de algún delito el segundo semestre de 2024, Muchas víctimas deciden no denunciar los ataques y robos.
La delincuencia que afecta al comercio está en niveles históricos, según los estudios de victimización elaborados en forma periódica por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC). El gremio ha señalado que en la práctica, seis de cada diez locales comerciales han sido atacados, asaltados o robados, lo que está muy por encima de los niveles prepandemia. En el caso de Temuco, 61% de los locales comerciales fue víctima de algún delito el segundo semestre de 2024, llamando la atención la gran cantidad de robos con violencia.
Asimismo, ha aumentado la revictimización de los delitos más violentos, lo que tiene un efecto en el clima de inseguridad que hay en las ciudades, los barrios, en la salud mental de las personas, en el crecimiento económico y en el turismo. También es preocupante que este tema se haya internalizado en el día a día como algo "normal".
Tal como en mediciones anteriores, se mantiene un bajo porcentaje de denuncia. El 61,8% de los comerciantes victimizados no denuncia y de aquellos que lo hacen, un 82,1% no obtiene resultados. La desconfianza en el sistema es la principal razón de no denunciar, la que ha ido aumentando en el tiempo, seguido de que es considerado un trámite engorroso y que "no conduce a nada". De hecho, los Tribunales, el Ministerio Público, el Congreso Nacional y el Gobierno marcan altos niveles de insatisfacción respecto a su rol para enfrentar la delincuencia.
Dirigentes del gremio han señalado que ésta no es una encuesta de percepción, sino que son cifras reales de ataques al sector, que revelan la situación crítica que viven en materia de seguridad.
Muchas de las víctimas deciden no denunciar los ataques y robos que sufren, lo que es muy frecuente en el comercio minorista, porque estiman que no tendrán resultados, o porque lo consideran una pérdida de tiempo, de manera que al no haber registros oficiales sobre ellos, pasan a integrar lo que se conoce como las cifras negras de la delincuencia.