"Les anuncio una gran alegría: ¡tenemos Papa!", con estas solemnes palabras, el jueves recién pasado fue anunciado el nombre del nuevo Pontífice, el sucesor número 267 del apóstol Pedro, el cardenal de Chicago: Robert Francis Prevost, quien ha decidido llamarse León XIV.
La providencia divina ha querido que su elección coincida con este Cuarto Domingo de Pascua, llamado "Domingo del Buen Pastor", en que la Iglesia nos invita a contemplar a Jesús, el Buen Pastor, en el contexto del tiempo de Pascua y esto no es por casualidad, puesto que, de esta manera logramos adentrarnos, con mayor profundidad, en el verdadero significado de esta imagen.
La liturgia de la Iglesia nos presenta al Buen Pastor, Cristo, que antes ha sido el Cordero. El libro del Apocalipsis expresa: "El Cordero que está en medio del trono será su Pastor" (Ap 7,17).
Comprendemos, de esta manera, la noción del sacrificio expiatorio, esto es, Cristo el Cordero que se dejó inmolar para que tengamos "vida y vida en abundancia" (cfr. Jn 10,10).
La imagen del Pastor muestra que el Señor está vivo actuando en su Iglesia y que, habiendo pasado por la muerte, ahora la conduce desde el cielo.
Hacemos oración para que nuestro nuevo Papa, siguiendo las huellas del Buen Pastor, guíe el "rebaño de Dios" por caminos de paz y unidad.
Es muy significativo, en este sentido, que sus primeras palabras hayan sido el mismo saludo que Cristo resucitado dirige a sus apóstoles que, llenos de miedo, se encuentran encerrados en una casa: "La paz esté con todos ustedes" (Jn 20,19). Este saludo, ahora en boca de León XIV, indica, seguramente, el deseo y el compromiso más profundo de su corazón, la paz del mundo.
Al ir conociendo la vida y obra de nuestro nuevo Papa, nos percatamos, con gran alegría y esperanza, que estamos frente a un gran misionero y apóstol del Señor que, al estilo del Buen Pastor, caminará delante del rebaño, indicando el camino que nos llevará a "reposar en verdes praderas" (cfr. Sal 22,2).
Que el Señor, Dios nuestro, Pastor y Guía de todos los fieles, mire con bondad a su siervo, el Papa León XIV, a quien ha constituido Pastor de su Iglesia, para que su servicio lo haga desde el amor, así como hiciera Pedro.
Monseñor Jorge Concha Cayuqueo,
obispo Diócesis San José de Temuco