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El "agrocompostaje" abre caminos para la gestión los residuos en La Araucanía

En Vilcún, la Cooperativa de Agrocompostaje Fértil crea experiencia desde 2024 con una planta de gestión de residuos orgánicos para la elaboración de compost de alta calidad. Esa es la meta, reconocen sus creadores, al igual que el propósito de generar un modelo ecológico "empacable" y "replicable" en otras comunas. Hoy, los privados son su contraparte, pero el deseo es generar alianzas con los municipios.
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Inspirados en experiencias de otros territorios del planeta, en septiembre de 2024 la Cooperativa de Agrocompostaje Fértil, agrupación de seis agricultores de Vilcún, Temuco y Nueva Imperial, con asiento en Vilcún, echa a andar una pequeña planta de gestión de residuos orgánicos para la elaboración de compost de alta calidad; y con la cual sueñan elaborar un modelo de gestión ecológico "empacable" y que sea "replicable" en otras comunas de La Araucanía.

En el contexto de la Semana Internacional de la Concientización acerca del Compostaje, y en tiempos en los que los que la gestión y disposición de los residuos sólidos domiciliarios y productivos está en crisis, experiencias como la de "Fértil" comienzan a aflorar como una opción para lo que podría terminar siendo un pool de soluciones, para una región que hoy transporta su "basura" a otra región para su disposición final, hecho que, sin lugar a duda, no es una respuesta eterna.

Frente a la necesidad de generar cambios positivos y, finalmente, ayudar a reducir los volúmenes de residuos comunales, la experiencia de Vilcún es un camino posible. Así lo creen sus propios gestores, quienes están convencidos que es viable la comunión entre el mundo privado y el público en la búsqueda de respuestas.

"Fértil nace en septiembre del año pasado con resolución sanitaria de la Seremi de Salud. Es una planta - de pilas convencionales con volteo mecánico - que se diseñó para recibir cinco toneladas de residuos orgánicos diarios, que es el mínimo que nos autoimpusimos", detalla Germán Jara, gerente de la cooperativa.

El objetivo final de la iniciativa es la elaboración de un compost de alta calidad para uso agrícola, esto en sintonía con la agricultura sostenible que se desea consolidar en la Región. "Hoy en día no existe una oferta de compost en La Araucanía y, sin embargo, distintas entidades estatales ligadas al agro promueven la actividad sustentable, sostenible o agroecológica", recalca Jara para enfatizar el valor de dicho proyecto.

A ocho meses de su entrada en funcionamiento, la planta recibe material compostable de la CCU a través del servicio Ecológica, así como también de la distribuidora de verduras Verkiri y ceniza de biomasa y material estructurante proveniente de Egon, por nombrar algunas de las contrapartes que hacen posible el desarrollo; las que complementan con residuos provenientes de catering, hoteles y restaurantes de la zona.

El modelo ejecutado es rudimentario, pero efectivo, opina el jefe de planta, Daniel Jara, y el resultado los primeros lotes por volteo mecánico es un compost bastante bueno. De hecho, dice, pasó las pruebas de presencia de metales pesados, que es lo que exige el SAG, y "aún podemos mejorarlo - agrega -. Se puede mejorar. Y para ello estamos trabajando en adicionar guano de caballo y de vacuno que aporta más nitrógeno y un poquito más de microorganismos para elevar el resultado".

Si bien la experiencia se ha ido autofinanciando, el deseo de esta cooperativa es generar una solución viable o una opción interesante para los municipios de la Región interesados en reducir los volúmenes de residuos comunales. Fértil ya ha conversado con las municipalidades de Temuco y Vilcún, sin embargo, aún no se produce el match deseado. Pero razones para valorar el costo - beneficio de este formato habría varias.

Así lo expresa Germán Jara. "Esto se puede abordar desde muchos lados. Un hecho a considerar es el tema de los costos de la gestión de residuos. Nosotros estamos a 7 kilómetros de Vilcún y hay mucha diferencia si se considera la logística de llevar los residuos hasta Mulchén. Después, está la reducción de costos para quienes contemplan el paso por la Planta de Transición de Lautaro. Otro aspecto es el aportar a la economía circular en la comuna, porque estamos hablando de productores que abastecen de verduras a colegios y otras instituciones. Además, estaríamos a la par bajo la misma normativa".

Esta experiencia ya está en la retina de los municipios de la Región, al menos de 23 de ellos, ya que la Seremi de Medio Ambiente gestionó visitas a la planta en febrero pasado y directores de departamentos pudieron conocer in situ el modelo de reciclaje con material orgánico.

El tema de fondo, opina el vicepresidente de la Fundación Verde Impacto, Eduardo Araneda, es que la Región y las comunas necesitan definir qué tipo de soluciones comenzarán a gestionar para resolver la crisis local de la mal llamada "basura" y, en ese proceso, este pudiera ser un modelo a replicar; un camino en el que se requiere, por supuesto, también de voluntad y capacidad de gestión a nivel comunal.

"A la pregunta ¿qué necesitamos hoy?", acota Germán Jara, "diría que necesitamos aprendizaje, ante todo; generar experiencias y ver qué infraestructura necesita y desea la Región".