Muere José Mujica, el presidente que fue referente de la izquierda latinoamericana
MONTEVIDEO. El fundador del Frente Amplio uruguayo, de vida austera y pasado guerrillero, falleció a los 89 años por un cáncer.
El expresidente de Uruguay y referente de la izquierda latinoamericana, José 'Pepe' Mujica, falleció ayer en Montevideo a los 89 años, un año después de que le descubrieran un tumor maligno en el esófago.
"Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo", indicó en su cuenta de X el actual mandatario uruguayo, Yamandú Orsi.
Su fuerza política, el izquierdista Frente Amplio, publicó en la misma red social: "Pepe no fue solo un líder. Fue una forma de entender el mundo. Nos queda su voz, su ejemplo, su porfiada esperanza. Hasta siempre, compañero".
El 29 de abril del 2024, Mujica anunció que tenía un tumor en el esófago.
"Necesito informarles que el viernes pasado concurrí al (centro médico) Casmu a hacerme un chequeo en el cual se descubrió que tengo un tumor en el esófago, que es algo obviamente muy comprometido y que es doblemente complejo en mi caso, porque padezco una enfermedad inmunológica hace más de 20 años", dijo ese día el expresidente.
Poco tiempo después, apuntó que el tumor era maligno y debía tratarse con radioterapia, procedimiento que se llevó a cabo en Montevideo.
El pasado 27 de diciembre, Mujica fue sometido a una intervención quirúrgica en la que le colocaron con éxito un stent en el esófago.
"Lo hicimos hoy porque la situación lo requería en este momento. Esto le va a permitir seguirse alimentando por vía oral", dijo tras la cirugía su médica personal, Raquel Pannone.
En enero de este año, Mujica informó en una entrevista con el semanario local Búsqueda que el cáncer que le fue descubierto en el esófago se le había expandido al hígado.
En los primeros meses de este año, el exmandatario participó en algunos eventos de carácter público, entre ellos un homenaje que le hizo el Frente Amplio y un encuentro organizado por el Partido Colorado para celebrar los 40 años del retorno de la democracia.
El Presidente Gabriel Boric lo visitó en febrero y tuvieron un encuentro íntimo y juntos plantaron un olivo en la chacra del exmandatario (ver recuadro).
El Gobierno de Uruguay decretó ayer duelo nacional hasta el próximo 16 de mayo y Mujica será velado desde hoy en el Palacio Legislativo de Montevideo.
"pepe"
José Mujica, conocido en todo el mundo como Pepe, gobernó entre 2010 y 2015 con un estilo inusual, directo y profundamente humano. Exguerrillero tupamaro, campesino, legislador y figura internacional, Mujica combinó su ideología de izquierda con una fuerte dosis de pragmatismo. Su gestión dejó huella tanto por sus políticas como por su forma de ejercer el poder.
Mujica rechazó el lujo del cargo. Donó gran parte de su salario, vivió en su chacra en las afueras de Montevideo y condujo su viejo Volkswagen Escarabajo.
Esa coherencia entre discurso y estilo de vida lo convirtió en un símbolo mundial de la política austera y honesta. Pero más allá de la imagen, Mujica implementó medidas que redefinieron el rumbo de Uruguay.
El progresismo
Una de las decisiones más emblemáticas de su mandato fue la legalización de la marihuana. En 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en regular la producción, distribución y consumo de cannabis desde el Estado.
La medida buscaba quitarle el negocio al narcotráfico y tratar el consumo como un problema de salud pública, no penal. Aunque polémica, la ley fue vista internacionalmente como un experimento audaz de política pública.
Mujica defendió esta reforma con firmeza. No era una postura pro-droga, sino una alternativa frente al fracaso de la guerra contra el narcotráfico.
Durante su Gobierno también se aprobaron dos leyes claves para los derechos civiles: la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y la despenalización del aborto en las primeras doce semanas de gestación.
Uruguay se convirtió en uno de los países más progresistas de América Latina en materia de derechos individuales.
Ambas reformas enfrentaron resistencia, especialmente de sectores conservadores y religiosos, pero Mujica se mantuvo firme. Su argumento era claro: el Estado debe garantizar la libertad de las personas, no imponer moralinas.
En lo económico, Mujica mantuvo la estabilidad macro heredada de los anteriores Gobiernos del Frente Amplio pero con fuerte énfasis en la inclusión social.
Sin embargo, no todo fueron éxitos. La reforma educativa prometida quedó a medio camino. El sistema público de enseñanza continuó con problemas estructurales: baja retención en secundaria, infraestructura deficiente y conflictos con los gremios docentes.
Mujica admitió en más de una ocasión que la educación fue su gran deuda.