Frases
"El 85% de quienes cuidan sin remuneración alguna son mujeres y por eso necesitamos cuidarlas".
Francisca Gallegos,
"El llamado a la comunidad es al autocuidado, a estar atentos a las condiciones de este pronóstico".
Catedrin Savaria,
"El 85% de quienes cuidan sin remuneración alguna son mujeres y por eso necesitamos cuidarlas".
Francisca Gallegos,
"El llamado a la comunidad es al autocuidado, a estar atentos a las condiciones de este pronóstico".
Catedrin Savaria,
El proceso de reflexión crítica sobre la identidad evangélica es lo que nos podrá convertir de una minoría con complejos de inferioridad, hacia una minoría madura, abierta al diálogo con la cultura y capaz de plantear una presencia mucho más creativa de su testimonio misionero.
Sin duda, este es el reto de las actuales generaciones de teólogos evangélicos.
Hoy podemos afirmar, sin la menor duda, que los cristianos evangélicos somos una minoría profundamente arraigada en la cultura latinoamericana y que está ubicada en la cúspide de la ola de las transformaciones sociales, con un mensaje y un estilo de vida que se han ido contextualizando cada día más y cuyos alcances todavía están por desarrollarse plenamente.
Todo esto nos separa radicalmente de las sectas.
Como bien sabemos, uno de los fenómenos más característicos de la actual coyuntura de América Latina es el indetenible proceso de migración hacia las ciudades, con la emergencia de una nueva sociedad en tránsito hacia el desarraigo social y cultural.
Estudios sociológicos bien serios han demostrado que el dinamismo de las iglesias evangélicas latinoamericanas se adapta mucho mejor a las transiciones sociales producidas por esta migración.
La sociedad que está emergiendo ahora en América Latina tiene que ver con movimientos y los evangélicos, con su escaso sentido "institucional" y sus livianas estructuras eclesiásticas, son exactamente eso: un pueblo en movimiento.
Sin embargo, muchos críticos no quieren ver esto, e insisten en acusar a los evangélicos de desarraigo cultural y de conspiración contra la identidad nacional. Por eso es bueno que se entienda de una vez por todas en qué sentido los evangélicos estamos experimentando un arraigo popular y cómo nos movemos dentro de la cultura actual.
Los evangélicos constituyen un movimiento en franco proceso de crecimiento, tanto numérico como en su expansión cultural y social, porque las Iglesias Evangélicas están activamente presentes en todas las capas de nuestra sociedad.
Actúan abiertamente, no son sociedades clandestinas o encubiertas, ni suelen usar sombrillas para ocultar sus intenciones; están en las calles, en los espacios públicos, en los estadios, en los cines, en las cárceles y hospitales, sitios en donde no suelen ir las sectas.
Sin embargo, también estoy plenamente consciente de que la reflexión sobre nuestra identidad debe pasar por el proceso de clarificación, mediante el cual es necesario distinguir entre el mensaje del evangelio y el ropaje cultural con el cual incuestionablemente siempre estará unido.
Obispo Pablo Pinto Salamanca,
Consejo de Pastores de La Araucanía
El gobierno ha promulgado la ley que creó el nuevo Servicio Nacional Forestal (Sernafor), que transformó parte de lo que es Conaf en un servicio público, fortaleciendo sus atribuciones y funciones. La nueva institución tendrá más poder fiscalizador y sus funcionarios podrán operar como ministros de fe al levantar infracciones. Esta es una atribución clave para garantizar el cumplimiento normativo en materia ambiental y forestal.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, ha señalado que la nueva institucionalidad de Sernafor es un paso decisivo para el fortalecimiento de la protección de los bosques y ecosistemas. Ha asegurado que el 80% de la Conaf se transformará en el nuevo servicio, con las misiones de preservación forestal, prevención y mitigación de incendios, en colaboración con Bomberos, y fomento de la industria de la madera y bosques, que son parte clave de la matriz productiva del país.
La Conaf, a su vez estará dividida en dos servicios: el de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que dependerá del Ministerio del Medio Ambiente, mientras Sernafor quedará bajo el alero de Agricultura, como un servicio descentralizado, con personalidad jurídica, patrimonio propio y sus autoridades se elegirán por la Alta Dirección Pública, para la protección, preservación, fomento, restauración y manejo sustentable de los bosques.
Entre sus nuevas competencias destacan también la ejecución de programas para controlar las plagas que afecten a los bosques, así como la coordinación de políticas de manejo sustentable y restauración ecológica. Además, diseñará estrategias para promover la sostenibilidad del sector. El servicio elaborará un catálogo obligatorio de especies arbóreas y arbustivas, nativas o introducidas.
Esta aprobación de Sernafor marca un antes y un después en la gestión forestal, permitiendo avanzar hacia una administración más moderna y eficiente.