El terror de APRA
Hasta que salió humo blanco. En el último día de su mandato la Comisión para la Paz y el Entendimiento llegó a acuerdo tras dos años de trabajo. Solo el comisionado Sebastián Naveillán, representante del mundo agrícola, gremial y forestal se restó de apoyar las propuestas. Sus razones se relacionan con el particular mundo que le tocó representar. No es sorpresa para nadie que dueños de fundo y grandes agricultores son, desde un comienzo, parte del problema que enfrentamos en la Región. Ya sea por la dudosa legitimidad de origen de sus propiedades o bien por sus nulas aptitudes interétnicas. Y qué decir del mundo forestal, industria protagónica en la conflictividad que nos acompaña desde hace más de tres décadas. El cuestionamiento hacia ellos ya no es solo mapuche y eso dice bastante.
Pudiendo ser parte de la solución, el mundo gremial sureño ha optado por seguir siendo parte del problema. La Multigremial, de escandaloso y corrupto paso por la gobernación de La Araucanía, ha torpedeado cualquier intento de avanzar en abordajes políticos. Su cerrazón sólo es comparable a la que afecta de manera crónica a los radicales del bando contrario. Los polos opuestos se atraen reza el dicho popular y lo mismo pareciera suceder con los extremos de ambos bandos. La permanencia del conflicto -y su agudización- les es absolutamente funcional. Nicho electoral para los primeros, cantera de reclutamiento para los segundos. En uno y otro caso la misma ceguera frente a un escenario de confrontación y de vulneración de derechos que afecta a los mismos de siempre: comunidades mapuche, trabajadores no indígenas, pequeños propietarios rurales. No verlo es negar la realidad.
Por suerte el voto de Naveillán fue el único disidente. Alfredo Moreno -ex canciller de Sebastián Piñera y heredero natural del piñerismo-, Nicolás Figari y la senadora Carmen Gloria Aravena, todos de derecha, apoyaron decididamente lo obrado. Aravena debió incluso renunciar al Partido Republicano por las presiones para que votara en contra. No lo hizo y su renuncia habla muy bien de su compromiso con la búsqueda de una solución política. La senadora apuntó además con dureza contra la Asociación por la Paz y la Reconciliación en La Araucanía (APRA), curioso nombre tratándose de verdaderos instigadores del odio racial. "Hay un grupo que se llama APRA, que es del terror y que miente descaradamente, que genera un discurso de odio entre mapuches y no mapuches que realmente es peligroso, ¿qué queremos con estos discursos? ¿Más muertes?", fustigó Aravena. APRA es liderado por Francisco Alanis y tras sus redes sociales estaría Anne Gutiérrez, hermana del vicepresidente Justo Gutiérrez.
"No hay ni puede haber una razón que nos haga enemigos", escribió Bernardo O'Higgins en 1819 a las jefaturas mapuche del sur. Pero sabemos que la codicia del winka por nuestras tierras pudo más, de allí la invasión militar acontecida medio siglo más tarde. Reconocer y reparar esa mala historia es parte del camino a transitar. Las 21 propuestas de la Comisión se orientan en dicho sentido, en especial aquellas referidas a la restitución territorial y a la reparación del daño causado. Muchas de ellas deberán traducirse en proyectos ley en el futuro, otras dependen solo de la voluntad presidencial.
¿Qué sucederá con las propuestas? Se trata de una noticia en desarrollo. Por lo pronto, que las inconsistencias de Republicanos y el terrorismo discursivo de APRA hayan quedado al descubierto ya es un paso hacia adelante.