Frases
"Fueron casi tres horas de cuenta pública sin ninguna mención especial para La Araucanía"
Miguel Mellado,
"Lo positivo del mensaje es que el país hoy está más preparado para hacer frente a la criminalidad"
Jaime Quintana,
"Fueron casi tres horas de cuenta pública sin ninguna mención especial para La Araucanía"
Miguel Mellado,
"Lo positivo del mensaje es que el país hoy está más preparado para hacer frente a la criminalidad"
Jaime Quintana,
Si bien las redes sociales surgieron como herramientas de conexión entre las personas, han dado lugar a dinámicas de exclusión y violencia. Una de ellas es el ciberacoso, fenómeno que afecta severamente el bienestar emocional de los jóvenes, llevándolos a sufrir depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental. De hecho, la Superintendencia de Educación registra una serie de denuncias de maltrato entre estudiantes, de las cuales un importante porcentaje estaba relacionado con el acoso virtual, subrayando la urgencia de abordar este problema.
A ello hay que agregar el uso excesivo que hacen los niños y adolescentes de los dispositivos móviles, siendo este uno de los problemas a los que a diario se enfrentan los docentes en el aula.
Frente a esto han surgido ideas que buscan restringir el uso de este dispositivo al interior de los establecimientos, lo que ha generado un profundo debate del que se han hecho parte tanto las autoridades, los docentes, como las mismas familias.
Al respecto, el Ministerio de Educación presentó una serie de orientaciones tendientes al abordaje de este tema al interior de los colegios. Estas entregan sugerencias para el uso de dispositivos según las diferentes etapas de desarrollo en que se encuentren las y los estudiantes.
Sin embargo, además de la importancia de regular el uso de estos dispositivos en el aula, también se debe poner atención en las horas que los niños y adolescentes usan sus móviles fuera del colegio, ya que los espacios virtuales es donde se produce mayor cantidad de bullying.
Según los expertos, en los espacios virtuales este fenómeno es más extremo, debido a que hay un anonimato del victimario, que naturaliza la toxicidad de los juegos y normaliza la situación de agresividad, perdiendo el sentido de responsabilidad, lo cual también provoca que las víctimas no puedan afrontar la situación, lo que les genera ansiedad y frustración.
El Papa León XIV, hablando a los diplomáticos, se refirió a la ineludible tarea de quien tiene la responsabilidad de gobierno de promover la justicia en la sociedad, para que haya armonía y paz. ¿Cómo lograr este ideal?
La respuesta es: "Esto puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la unión estable entre el hombre y la mujer, bien pequeña, es cierto, pero verdadera sociedad y más antigua que cualquiera otra. Además, nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes".
La justicia social solo será posible fortaleciendo la familia nacida del acto creador de Dios y respetando la vida humana de toda persona, desde su concepción hasta su muerte natural.
El Comité Permanente del Episcopado chileno hace pocos días dijo: "Sabemos que existen embarazos marcados por situaciones dolorosas y complejas; sin embargo, ningún acto de violencia puede justificarse como solución. Al mismo tiempo, es fundamental cultivar una profunda empatía hacia quienes enfrentan estas difíciles circunstancias, acompañándolas en cercanía, escucha y apoyo".
¿Es posible que haya justicia en una sociedad en la que se acepta la esclavitud y el racismo? Es imposible, porque se está pasando a llevar la dignidad de algunas personas, sean ellas pocas o muchas. Hoy, entre las modernas lacras sociales, destaca la legalización del aborto. La eliminación voluntaria de un niño inocente e indefenso es una injusticia. Por eso "en un país que busca mayor justicia y dignidad para todos, pedimos no relativizar el valor de la vida humana, especialmente de los más indefensos".
La justicia exige resolver aquellas situaciones que presionan a una mujer a decidir abortar a su hijo. Esta es tarea de todos, cada uno según su propia responsabilidad, también de las autoridades políticas. La solución no es matar al niño, sino resolver las dificultades. Una injusticia con unos no puede ser superada con injusticias cometidas contra otros. Las leyes y las autoridades están al servicio del bien común, por el cual se procura el desarrollo integral de todas las personas de la sociedad. Pero la legalización del aborto es signo del exacerbado individualismo de la cultura imperante, en detrimento de los más débiles y necesitados. La mera voluntad de un individuo decide si una persona puede vivir o morir. El Papa Francisco llamaba a esta mentalidad la "cultura del descarte".
Por ello, el Comité Permanente señaló: "Instamos a las autoridades y legisladores a ejercer su responsabilidad, promoviendo una sociedad verdaderamente inclusiva, donde toda vida humana, sin excepción, sea acogida y cuidada".
Francisco Javier Stegmeier Schmidlin,
obispo de la Diócesis de Villarrica