María Cecilia Paiva Valenzuela
Un difícil fin de año vivió la familia de Carlos Navarrete Figueroa (34), pues el martes de la semana pasada se cumplieron exactamente cinco meses desde que el joven desapareció desde la "Discoteque 43", ubicada en el ingreso norte de la ciudad de Villarrica.
Desde el 31 de julio de 2016, hermanos y madre iniciaron una campaña por dar con el paradero del estudiante de Administración de Empresas, la que los llevó a pegar afiches, colgar lienzos, difundir un video por redes sociales y hasta organizar una velatón en el emblemático puente Rodrigo de Bastidas, último lugar donde Carlos habría sido visto por testigos.
En su lucha por una respuesta, el contacto con personas que dicen tener poderes especiales no ha estado exento. "Hemos visto mil videntes, psíquicas, machis, tarotistas y todas dicen que está muerto. Unas dicen que está en el lago, otras que está enterrado. Hay algunas que dicen que se contactan con el espíritu y le preguntan dónde está, y según responden no saben pues lo habrían movido por distintas partes", relata Juan José Navarrete, uno de los hermanos que más se ha involucrado con la investigación.
Desaparición
Aunque no quieren denominar su situación como el nuevo "caso Matute", la familia sí reconoce que hay algunas coincidencias: ambos son jóvenes, fueron vistos por última vez a la salida de un centro nocturno y transcurrido mucho tiempo no se ha llegado a una conclusión de qué ocurrió con ellos la noche en que desaparecieron.
El último registro visual que se tiene del hombre de 34 años es a la salida de la discoteque a la que asistió junto a dos amigas después de un asado. Las cámaras del lugar muestran cómo entrega su teléfono móvil al guardia del lugar a fin de que éste se lo diera a uno de sus hermanos que trabajaba allí, pero que, sin embargo, esa noche no estuvo presente.
"El 30 de julio tomamos desayuno y almorzamos juntos, como todos los días. Luego salió a comprar porque iba a ir a un asado y se arregló para salir a eso de las 8 de la noche... Al día siguiente lo fui a ver a su pieza y no estaba. Pensé que iba a llegar más tarde pero pasaron las horas y no regresó", relata María Figueroa, madre del desaparecido y quien le tomó una última fotografía antes de salir de su casa, la que hoy mantiene enmarcada en el living.
A más de cinco meses de la desaparición, la familia Navarrete Figueroa cree difícil que Carlos esté con vida, no obstante apuntan a que sea encontrado para poder descansar.
Si bien reconocen que en un principio muchos colaboraron con la búsqueda, opinan que no contar con los recursos suficientes o un apellido pomposo les ha impedido dar con el paradero del cuerpo.
Fiscalía
"La Fiscalía se ha portado muy mal. Primero teníamos un fiscal y luego lo cambiaron. En esta fecha viene mucha gente a hacer excursiones al volcán y cuando se extravían despliegan un operativo tremendo y para nosotros que somos de la zona, nada", agrega con molestia Juan José.
Consultado respecto a la etapa en que se encuentra la investigación, el subinspector de la Brigada de Investigación Criminal de la PDI en Villarrica, Carlos Salazar Andaur, señaló que aún se realizan entrevistas a quienes estuvieron en la discoteque el día de la desaparición y que están a la espera de que el Ministerio Público apruebe la llegada de personal de Santiago para que se inspeccione el río Toltén, en donde podría encontrarse evidencia de qué ocurrió la madrugada del 31 de julio de 2016.
"Carlos jamás hubiera hecho pasar por este trance a mi mamá. Todo lleva a pensar que alguien lo mató".
Alexis Navarrete, hermano"
"El delincuente que le hizo algo tiene el intelecto mayor que uno común, porque no dejo ningún rastro".
Juan Navarrete, hermano"
"Fui a su pieza y no estaba. Pensé que iba a llegar más tarde pero pasaron las horas y no regresó".
María Figueroa, madre"
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