Trabajos en Pablo Neruda
Todas las tardes acostumbraba a salir a trotar por la avenida Pablo Neruda desde el Estadio hasta el Líder Vecino, ida y vuelta. Siempre por el bandejón central, entre los árboles que nos daban sombra y con espacio suficiente para hacerlo con mayor tranquilidad. Pero resulta que ahora todo eso ya no se puede hacer por los trabajos de la ciclovía que se les ocurrió hacer ahí. Ahora los que trotamos debemos correr por la vereda, tratando de esquivar peatones y ciclistas. Después con la nueva ciclovía va a ser lo mismo. ¿Por qué no pensaron en hacer una ciclovía quitando un poco de terreno a la calle y no al hermoso parque del bandejón central? Me recuerda cuando dijeron que iban a construir un estadio nuevo. Todos estuvimos felices, pero nunca pensamos que iban a echar abajo el antiguo Germán Becker. En vez de tener dos estadios de buenos estándares ahora sólo tenemos uno. Ya no me debería sorprender la estrechez de mente de nuestras autoridades.Gloría Quezada Marín
Oposición triunfalista
Oigo, veo y leo posiciones triunfalistas por las victorias de oposición en Argentina y Venezuela, tanto es que se habla de un retorno de Latinoamérica a la cordura. Si en Chile se espera suceda lo mismo, no solo es necesario que la centro izquierda se cueza en su propia salsa sino que la centro derecha trabaje con ahínco para convencer de las virtudes de sus propuestas, demostrando a la ciudadanía de su veracidad y que no es demagogia para obtener votos. Este arduo trabajo debe comenzar con una declaración de mea culpa por prácticas que eran comunes a la política y no se consideraban faltas de probidad. Luego, entender que la lucha para rescatar al país comienza con las elecciones municipales, seguidas por las parlamentarias y presidenciales, exhortando a los ciudadanos que acudan a las urnas como una obligación sin disculpas de comodidad irresponsable. Nada se obtiene de tendencias ajenas a nuestra idiosincrasia, sin el esfuerzo que merece elegir adecuadamente a nuestros gobernantes.Marcos Concha Valencia
Delincuencia
Es un axioma o una verdad que no requiere ser demostrada por lo evidente, el hecho que hoy uno de los emprendimientos más rentables en todos los sectores políticos, sociales y económicos sin excepción, es el delinquir, y ello se debe fundamentalmente a que nuestras leyes presentan bajas barreras de entrada al mercado delictivo y en cambio, los costos o castigos que imponen, son superados con creces por los significativos beneficios obtenidos por los delincuentes. Además esta actividad es fomentada por los organismos de justicia y fiscalizadores del Estado altamente garantistas e ineficaces, como también por el relativismo moral que invade nuestra sociedad, el que queda claramente ejemplarizado por la siguiente máxima maquiavélica que se ha puesto de moda: "Si se roba, estafa o se comete fraude por una noble causa o sin fines de lucro, no es delito". Si realmente el Estado desea cambiar esta trágica realidad, por la cual todos los ciudadanos directa o indirectamente hemos sido afectados, se debería, entre otras medidas, aumentar notablemente las barreras de entrada a los emprendimientos delictuales y que los costos superen con creces los beneficios de delinquir.
Jaime Manuel Ojeda Torrent, profesor de Emprendimiento, Universidad Autónoma de Chile
Políticos nerviosos
La familia política & asociados mostró su clara preocupación y habría optado por analizar más adelante el interesante tema de colocar un tope a las reelecciones parlamentarias. Cabe aclarar que la preocupación va por el lado de que muchos de aprobarse el acuerdo de limitar a 20 años la permanencia en el cargo deberían dejar el Congreso, aunque ya manejarían los "vacíos legales" para poder seguir de parlamentario, como por ejemplo cambiarse de diputado a senador o viceversa. Muchos argumentaron que se le debe dejar a la ciudadanía la decisión final, sin embargo, olvidan las continuas encuestas de opinión que han sido categóricas. Los guarismos muestran que la ciudadanía se agotó del actual contingente de la familia política & asociados, sus últimas actuaciones al filo de las leyes y de las buenas costumbres, pusieron la lapida con el epitafio incluido. Demorar más el no a las odiosas reelecciones, simplemente es estar privilegiando sus intereses y beneficios personales y partidistas frente a los de la ciudadanía, que desde hace un buen tiempo los critica con fundadas razones de cómo ejercen sus labores parlamentarias, para las cuales los mandató.
El nerviosismo de los actuales senadores y diputados por su incierta continuidad, es su reconocimiento tácito que no han actuado en la forma y en el fondo que sus altas investiduras lo exigían y que sus electores esperaban, por lo que deberían actuar en consecuencia honrando sus juramentos como senadores o diputados.
Luis Enrique Soler Milla