Huenchumilla y Multigremial
Quiero rechazar de la manera más categórica la irresponsable declaración de la Sra. Tepper, presidenta de la Multigremial, de atribuirme la condición de cómplice de la violencia de La Araucanía.
No obstante provenir de una modesta familia de esta Región, he tenido el honor de trabajar en forma directa con tres Presidentes de la República: fui subsecretario de Marina cuando la actual Presidenta era ministra de Defensa, como ministro secretario general de la Presidencia con Ricardo Lagos y con el Presidente Aylwin cuando compartimos la directiva nacional del PDC él a la cabeza y yo como secretario nacional. Fui 12 años parlamentario y me desempeñé como vicepresidente de la Cámara de Diputados. Fui alcalde de Temuco entre el 2004 y el 2008 y finalmente fui intendente de la Región por 17 meses. En consecuencia, sé lo que es ser un hombre de Estado.
Creo en la democracia y condeno la violencia porque no es el método democrático que los seres humanos tenemos para resolver nuestros conflictos.
Cuál es la diferencia que tengo con la Multigremial y con este Gobierno y los pasados. Tengo dos diferencias: difiero en el diagnóstico y en el remedio. La violencia de La Araucanía no es un tema que pueda ser catalogado simplemente como delincuencial. A mi juicio estamos en presencia de un conflicto político social que tiene sus raíces en la forma como se instaló el Estado en nuestra Región. La pregunta es ¿qué hay detrás de la violencia? Me niego aceptar que sea puramente delincuencia. Y en cuanto a los remedios aplicados: todos los gobiernos desde hace 20 años han aplicado la misma receta: las querellas y la intervención policial y de los jueces. Resultado: en 20 años no se ha podido terminar con la violencia. Por supuesto que los delitos deben ser perseguidos pero con ello se apunta a los síntomas y no a la enfermedad.
En otros países desarrollados ya vivieron esta experiencia: Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia. Y cuál fue el camino que siguieron? La solución política. Hoy día, en esos países los pueblos originarios conviven en armonía con la sociedad mayor y están, como se dice, en otra.
Soy un convencido que este problema tiene solución pero para ello se requiere voluntad política de todos, para que cambiemos el diagnóstico y los remedios; pero para ello es clave el rol determinante del Gobierno central. Lamentablemente no veo por ahora, la luz al final del túnel.
Francisco Huenchumilla Jaramillo, abogado
Ataques a las iglesias
Los últimos atentados en La Araucanía han destruido 11 iglesias católicas y templos evangélicos, situación muy delicada en un país profundamente cristiano, que no sólo ha alarmado a los millones de fieles de estas confesiones, si no que a todos los chilenos que no teníamos recuerdo de una seguidilla de persecución y hostigamiento a credos religiosos de esta violenta forma.
Debemos aclarar que estas acciones terroristas no sólo han afectado inmuebles destinados a cultos religiosos reconocidos por el Estado de Chile, si no que al ejercicio libre de estas creencias que de manera explícita nuestra Constitución garantiza.
La mayoría del millón de habitantes de La Araucanía profesa de manera activa las religiones católica y evangélica, y a los cuales estos atentados han significado una vulneración directa a su legítimo derecho del libre ejercicio de sus cultos.
No corresponde minimizar esta situación que profundiza el conflicto en La Araucanía. El derecho a ejercer de manera libre las creencias religiosas está reconocido como un Derecho Humano en la propia Declaración Universal de DD.HH. Chile ha suscrito diferentes convenciones en que se compromete a generar más y mejores condiciones para garantizar su libre ejercicio, pero a pesar de esto, el Gobierno de la Nueva Mayoría no ha generado acciones concretas para garantizarlo, más allá de las clásicas declaraciones de prensa de las autoridades condenando estos hechos.
Llama la atención que el Indh tampoco se refiera a estos hechos y como es habitual, reclame y exija al Gobierno tomar medidas al respecto.
El desarrollo de cada persona no está limitado al resguardo corporal o material, si no que incluye una dimensión espiritual, independiente si se abraza o no algún credo. Es por ello que el Gobierno debe garantizar el ejercicio de este derecho.
Claudio Radonich, coordinador Área Gobierno Regional, Fundación Avanza Chile
Diputado Jackson
El diputado Jackson y sus asesores habrían ocupado pasajes aéreos pagados por el Congreso (por todos los chilenos) a lo menos en cuatro oportunidades con el fin de recolectar firmas para la creación de su partido RD. Quienes conocieron hace un tiempo su crítico discurso en las calles por la gestión parlamentaria, antes de ingresar al Congreso, hacen que situaciones como la descrita, les hagan pensar, como que "Jackson está perdiendo el paso".
Luis Enrique Soler Milla