Por estos días nuestra Región vive momentos muy complejos caracterizados sobre todo por la violencia y la pobreza. Todo ello no es un tema que diga relación con hechos puntuales de la contingencia actual, sino que tiene su raíz en la forma en que el naciente Estado de Chile ingresó, ocupó, dispuso y organizó este territorio ancestral, habitado por los mapuche, el modo en que durante los últimos 150 años se ha relacionado con él y con el resto de la sociedad que se ha venido construyendo. Una historia que en definitiva, y por políticas públicas equivocadas, o poco eficientes, o al margen de su identidad y pertinencia cultural, o de las auténticas necesidades y potencialidades propias, nos ha transformado oficialmente en los últimos días, en la Región más pobre, y en una lamentable condición de zona de rezago.

Lo anterior ha traído otras consecuencias graves. Se engendra así un sentimiento de dolor, impotencia, miedo, abandono y desesperanza.

Ello ha generado una deuda histórica con el mundo mapuche y el resto de la población, de la cual debe hacerse cargo el Estado por la responsabilidad que le cabe. Pero también todos cuantos vivimos en esta tierra que amamos, debemos hacernos cargo de la propia responsabilidad que nos atañe en esta situación, como en la construcción conjunta de una nueva Araucanía que soñamos, en la que nadie sobre y todos se necesitan para que sea tal. Reconocimiento, paz social, buen vivir y prosperidad económica, difícilmente podrán ser fruto sólo de leyes, violencia o represión, sino y ante todo, de la predisposición de cada uno de sus habitantes. Más que desarmar las manos, hay que desarmar primero los corazones. La Región que anhelamos pasa por desarrollar en nosotros la capacidad de escuchar, dialogar, empatizar, incluso ceder en pos de un bien superior.

«Consolad, consolad a mi pueblo» (Is 40,1), son las sentidas palabras que el profeta Isaías pronuncia también hoy, para que llegue una palabra de esperanza a cuantos sufren y padecen. No nos dejemos robar nunca la esperanza que proviene de la fe en el Señor resucitado. Todos tenemos necesidad de consuelo, porque ninguno es inmune al sufrimiento, al dolor y a la incomprensión. Cuánto dolor puede causar una palabra rencorosa, fruto de la envidia, de los celos y de la rabia. Cuánto sufrimiento provoca la experiencia de la traición, de la violencia y del abandono; cuánta amargura ante la muerte de los seres queridos. Sin embargo, Dios nunca permanece distante cuando se viven estos dramas. Una palabra que da ánimo, un abrazo que te hace sentir comprendido, una caricia que hace percibir el amor, una oración que permite ser más fuerte…, son todas expresiones de la cercanía de Dios a través del consuelo ofrecido por los hermanos.

Héctor Vargas obispo de Temuco

Lo ocurrido en los cerros de Valparaíso, un incendio gigantesco que dejó como saldo cerca de 250 viviendas destruidas, es un serio llamado de atención a todas las comunas de La Araucanía que cuentan con poblaciones en sectores aledaños a bosques o zonas de matorrales que terminan siendo fuente de riesgo evidente.

En el caso del puerto las experiencias pasadas, más dramáticas incluso que la que hoy viven tantas familias, no fueron debidamente aprovechadas y los resultados están a la vista. No ha actuado la autoridad competente y la colaboración de los habitantes ha sido nula. Hoy todos se preguntan cómo es posible que no exista defensa alguna entre un bosque -sujetos habituales de incendios- y los grupos habitacionales aledaños, sin fajas limpias que funcionen como eficaces cortafuegos. Este tema se ha planteado en innumerables ocasiones como elemental, pero todo ha quedado, como suele ocurrir, en el discurso.

La Región ha sido testigo de siniestros que amenazaron sectores habitacionales vecinos, fenómeno reiterado en la vecina Región del Bío Bío, y pese a ello no se ha implementado aún una política ante estas emergencias que se reiteran una y otra vez, poniendo en riesgo la vida de cientos de familias y destruyendo sus propiedades que han costado en ocasiones toda una vida de sacrificios.

En La Araucanía, por fortuna, la mayoría de las ciudades está rodeada por praderas que no generan estos riesgos, pero se debe poner atención a aquellos lugares en que sí hay peligro potencial, manteniendo limpios los alrededores, sin elementos que alimenten algún fuego ocasional producido generalmente por mano humana.

En Temuco, sin ir más lejos, hay múltiples sectores con sitios vacuos que hoy muestran malezas muy altas y secas que en cualquier momento pueden desatar una tragedia, y no se toman las medidas pertinentes para que sus propietarios los mantengan limpios en forma permanente.

Nos hemos transformado en una Región y un país que simplemente reacciona en lugar de prevenir.

Hace 40 años| 8 de enero de 1977

En pésimo estado camino Villarrica- Licán Ray

El pésimo estado del camino que une los balnearios de Villarrica y Licán Ray denunció un grupo de personas que tienen casas de veraneo en esos lugares. En la actualidad el camino está prácticamente intransitable producto de la gran cantidad de hoyos. Los vecinos afirmaron que esperan que se arregle la vía.

Hace 10 años | 8 de enero 2007

Las carreras del área de la salud son las preferidas

Si bien es cierto que los datos precisos en relación a las carreras más postuladas por parte de los jóvenes que recientemente rindieron la PSU se conocerán en una semana, la tendencia de los estudiantes de La Araucanía, de acuerdo a lo señalado por fuentes oficiales, fueron vinculadas al área de la salud y las ingenierías.

Hace 1 año | 8 de enero 2016

Labranza tendrá parque deportivo y recreativo

El sector Labranza de Temuco debiera ser un sitio valorado de manera distinta a partir de la apertura del que, puede transformarse, en uno de los principales centros deportivos y recreativos del lado poniente de la capital regional, gracias a un polideportivo ya construido, proyectado hace dos años y que en los días próximos verá abierta su piscina.