Rodrigo Zamorano C.
En el lugar donde hace siete meses fue ultimado Osvaldo Antilef Pizarro (24), al interior del centro de eventos Ojo de Agua, en Vilcún, la directiva de la agrupación Mujeres por La Araucanía, se reunió para entregar su apoyo a la familia del joven asesinado.
Allí, la mujeres reunidas en torno a la organización compartieron un denominador en común: haber vivido en carne propia los distintos niveles de la violencia rural en los campos de la Región. Aquella experiencia se la transmitieron a Osvaldo Antilef padre, quien relató que producto del ataque donde murió uno de sus hijos, su familia decidió abandonar la casa donde ocurrieron los hechos. Allí recordó lo acontecido esa fatídica noche.
"Uno de los tipos venía con mi cuñada tomada del pelo y la tenía como rehén. Yo salí de la pieza con la escopeta y no pude dispararle porque la tenía como escudo. En un momento quedó frente a mí y pude apretar el gatillo. Después de eso bajé a la cocina y vi a mi hijo tendido en el suelo lleno de sangre. Es algo que nunca olvidaré. Volver aquí es muy doloroso para nuestra familia", comentó.
Agrupación
Carmen Roa, viuda del parcelero Héctor Gallardo Aillapán, asesinado en 2012 al interior de su casa en Victoria, también relató su caso. La mujer se encuentra viviendo en un sector alejado de donde ocurrió el crimen de su esposo por razones de seguridad.
Carmen explica que la agrupación le ha entregado un apoyo y una contención que le ha servido para salir adelante tras el asesinato de su marido. "Hemos logrado surgir junto a mis hijos con el esfuerzo de nuestra familia, pero también he contado con el apoyo emocional de distintas personas, entre ellas la agrupación de Mujeres por La Araucanía", relató Carmen Roa, agregando que "cuando hemos estado tristes y necesitamos una palabra de consuelo, la agrupación ha estado ahí".
Misma situación refleja el testimonio de Marilú Balboa, víctima de un ataque incendiario ocurrido en Collipulli el año 2015. "En mi campo se quemaron más de 30 hectáreas y desde entonces no vivimos tranquilas junto a mi mamá. Tenemos resguardo policial permanente. La única forma que tendríamos de salir del lugar sería vender, pero con estos hechos nadie va a comprar mi propiedad. Además ¿por qué tenemos que salir desde donde hemos vivido siempre? Eso no es justo", aseveró.
Una de las mujeres que recientemente se acercó a la agrupación es Alejandra Gardulski, quien hace menos de un mes sufrió un ataque incendiario que destruyó un galpón con químicos y un tractor al interior del predio La Florida, donde vive junto a su esposo y sus dos hijos.
"Nos atacaron en nuestra propia casa, eran cuatro personas que comenzaron a disparar. Ellos nos iban a quemar la casa, sin duda. Ya no hay tranquilidad, uno aprende a vivir con miedo. El recuerdo del ataque lo veo todos los días al levantarme y aún sale ese olor asqueroso del galpón que nos quemaron", recordó.
Ley antiterrorista
El grupo de mujeres, que reúne a más de 300 personas víctimas de violencia rural, hizo un llamado a las autoridades a acelerar los procesos de investigación y a entregar un apoyo concreto a las familias que han sido víctimas de diversos delitos relacionados con el conflicto en la Región, tales como asaltos, ataques incendiarios y asesinatos.
Valeria Ceroni, presidenta y vocera, aseveró que con el correr del tiempo "comenzamos a conocer cada vez más víctimas y personas que se fueron sumando. Nuestro objetivo de informar y denunciar hechos de violencia fue mutando a una acción más amplia y ahora nuestra idea es apoyar a las mujeres que han sufrido ataques en la Región".
Entre las peticiones que realizaron, en el marco de los procesos investigativos, figura un fortalecimiento de la Ley Antiterrorista, modificación al cuerpo legal que el pasado martes sufrió un revés en el Congreso. "Las leyes antiterrorismo hay que reforzarlas y obviamente el tipo de investigación requiere de, por ejemplo, el uso de agentes encubiertos. Debiera haber una ley antiterrorista fuerte que cuente con los recursos humanos y técnicos para desbaratar a estos grupos y prevenir los atentados en la Región", precisó Ceroni.
La presidenta de Mujeres por La Araucanía agregó que "El terrorismo no es algo que afecte solo a transportistas, cierto tipo de agricultores o contratistas forestales, sino que cualquier persona puede sufrir un ataque y lo que importa realmente es que se persigan los delitos y se aplique la ley, no importa qué apellidos tengan los autores".
"Cualquier persona puede sufrir un ataque en sectores rurales o en caminos secundarios".
Valeria Ceroni,, Pdta. Mujeres por La Araucanía"
"Cuando hemos estado tristes y necesitamos una palabra de consuelo, la agrupación ha estado ahí".
Carmen Roa,, víctima de violencia rural"
directoras tiene la agrupación que congrega a más de 300 mujeres víctimas de violencia rural en la Región. Nueve