Juan Carlos Poblete G.
A la medianoche de mañana, todos los relojes del país deben retrasarse en una hora, para adoptar el horario de invierno.
Se trata de una disposición gubernamental que quedó establecida en marzo del año pasado a través de un Decreto Supremo presidencial. En dicho documento, se dispuso que a las 00:00 horas de este 13 de mayo, los relojes en todo el territorio nacional deben retrasarse en 60 minutos.
Actualmente, en todo Chile continental, el huso horario vigente es el de GMT-3, denominado "de verano". Por tanto, a contar de mañana de pasará al huso horario de GMT4, el conocido "horario de invierno".
Además del huso horario distinto en zonas de Chile Insular, la única excepción de la medida corre para la Región de Magallanes y Antártica Chilena, que mantendrá la hora actual de horario GMT-3 para que los habitantes de la zona austral tengan una hora más de luz.
Medida gubernamental
La decisión de realizar un cambio de horario este año radica luego de lo experimentado en el año 2015, donde durante todo el año se utilizó el llamado "horario de verano" GMT -3.
Tras ello, un comité de ministros y un estudio del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) estableció que convenía cambiar al horario de invierno en meses más fríos, debido a que provocaba dificultades.
"El principal beneficio recae en que, en estos meses de invierno, podremos levantarnos con algo más de luminosidad durante la mañana, lo que se traduce en mayor productividad para el trabajo y mayor cantidad de luz al momento en que los niños deben levantarse para ir al colegio", informó el seremi de Energía, Aldo Alcayaga.
Este año, el horario de invierno estará vigente durante 91 días, extendiéndose hasta la segunda quincena de agosto. Es decir, el 12 de agosto se deberá volver el huso horario de GMT-3.
Opinión experta
A juicio de especialistas, el cambio de horario podría acarrear eventuales consecuencias como alteraciones de sueño, debido a la menor cantidad de tiempo con luz de día al salir de los trabajos.
Alexis Soto, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor, explica que si bien "es un cambio que no afecta a todas las personas, ya que muchas se integran y adaptan con mayor facilidad, hay grupos de edad y ciertas personas que sí se ven afectadas, como adultos mayores y niños".
"La mayor implicancia que tiene el hecho de atrasar la hora es que tendremos luz para el horario laboral, pero estará oscuro para el horario de recreación. O sea, a las seis de la tarde la gente se va a ir a oscuras para la casa y quizá no tenga la posibilidad de volverse caminando, llegando a encerrarse más temprano", asegura el especialista.
El profesional advierte que si bien pudieran producirse estos "trastornos de adaptación", el fenómeno debiera ajustarse en unos tres o cuatro días.