Susana Solís
Son parte de la postal del centro de la ciudad de Temuco. Desde hace 35 años ofrecen sus humitas en la esquina de calle Bulnes con Manuel Montt y con este emprendimiento han construido sus vidas y sacado adelante a sus familias.
Corina Ramos lleva 35 años elaborando humitas en su hogar. Junto a su marido y a una señora que le ayuda a pelar los choclos llega a producir hasta 200 de sus delicias al día en período peak.
"Es cansador fíjese. Yo dejo el choclo molido el día anterior y a las 02.00 AM me levanto para comenzar a freír la cebollita y preparar las humitas", cuenta Corina, quien se instala todos los días en las afueras de la farmacia Cruz Verde junto a su hermana Elianira.
"Yo llevo 30 años en esto. Aprendí de mi hermana y comencé a vender también acá en el centro. Es muy sacrificado", enfatizó Elianira Ramos.
Además de que todas visten el tradicional delantal rosado, comparten en su mayoría una característica: son jefas de hogar. Corina nos cuenta que ella sacó adelante a sus hijos gracias a la venta de humitas. Lo mismo Elianira, quien hace 10 años quedó viuda y con la venta de las humitas mantiene su hogar y dio educación a sus 4 hijos.
Organizadas
Mientras aún era alcalde René Saffirio, éste las instó para que se organizaran. Les sugirió pensar en un uniforme que les ayude a ser identificadas y a dar confianza al cliente en cuanto a la elaboración del producto. También les sugirió que construyan una sala de fabricación, con la que aseguren la higiene en el proceso de elaboración de las humitas. Ideas que fueron tomadas por las emprendedoras y puestas en práctica.
Las mujeres que venden a diario sus ricas humitas, comienzan a aparecer en escena durante los días de diciembre y se despiden de calle Montt con Bulnes el 30 de abril, fecha en la que dejan de contar con la materia prima de tan exquisito plato. Por concepto de permiso, deben pagar cada una $180 mil pesos, lo que no es una cifra menor. Su grupo está compuesto por 26 mujeres que trabajan de lunes a sábado, y se ubican a un costado de la vereda desde las 11.00 y hasta las 16.00 horas, excepto Elianira que es la única que trabaja también los domingos.
Caseritos y caseritas
Las humitas, que son de un tamaño considerable, tienen un valor de $1.500 pesos en cada uno de los puestos atendidos por las damas de rosado.
"Tengo clientes que ya se han ido y me siguen comprando sus hijos o nietos" comenta Corina.
Ignacio Sepúlveda asevera que es cliente habitual de Corina: "Le vengo a comprar humitas especialmente a la señora, porque ya las he probado y me vengo a la segura".
La opinión la comparte otro cliente quien señala que "desde hace 10 años le compro Corina. Sus humitas son exquisitas, limpiecitas, tienen la consistencia justa, el gusto a choclo que no lo pierde, me voy a la segura".
Las sugerencias realizadas en su oportunidad parecen haber surtido el efecto esperado, es mucha la cantidad de gente que se acerca para comprarles a cada una de las integrantes de este especial grupo. La clave sin duda es el contar con una presentación ordenada, limpia, organizada y por supuesto no transar en la calidad del producto.
Jimena Figueroa, otra de las asiduas a las damas de rosado resalta que "les compro por el sabor, por la calidad de la humita en sí, y porque ellas mantienen siempre todo limpio", análisis que comparte Nancy Velásquez: "Son exquisitas, desde hace 30 años que cada verano le compro las humitas a Corina. La consistencia y el sabor las hacen muy buenas".
"Tengo clientes que ya se han ido y me siguen comprando sus hijos o nietos".
Corina Ramos, Vende humitas hace 35 años."
"Son exquisitas, desde hace 30 años que cada verano le compro las humitas a Corina".
Nancy Velásquez, Clienta desde hace 30 años"
"Les compro por el sabor, la calidad de la humita en sí, y porque mantienen siempre todo limpio".
Jimena Figueroa, Clienta de Corina"