El problema en La Araucanía
Se acercan nuestras Fiestas Patrias, símbolo de unidad nacional. Tiempo para reflexionar profundamente sobre los problemas que aquejan a nuestro país. Quiero referirme en esta oportunidad a sólo uno de ellos, el de La Araucanía.
La historia de nuestro país, como lo es en el resto de los países del mundo, nace y crece inevitablemente con justicia e injusticias.
Lo justo se aplaude, lo injusto se condena, pero también, hay que decirlo, el que llora amargamente lo perdido por injusticias en tiempos remotos, se equivoca profundamente. Lo digo con mucho respeto hacia nuestros pueblos originarios, que sin duda son parte muy importante de nuestra historia y creo sinceramente fueron víctimas de muchas injusticias, pero hay que levantarse y seguir adelante mirando atrás sólo para aprender del pasado. Así lo han hecho un sinfín de pueblos que han pasado por situaciones similares de injusticia, a lo largo de la historia del mundo. Querido pueblo mapuche, me gustaría verlos exigir de nuestros gobernantes, buena educación para sus hijos, respeto para sus costumbres y religión, salud para su gente, muchos y buenos trabajos para todos y así ver aflorar el maravilloso pueblo que ciertamente son, posicionándose como se merecen en nuestra sociedad.
Despertemos a lo correcto y verdadero no enmendemos una injusticia con otra injusticia. No sanemos las heridas de algunos provocando heridas en otros. Todo lo que se quiere, se debe ganar con inteligencia, trabajo y por sobre todo mucho esfuerzo, no con resentimiento ni menos con violencia.
Somos todos chilenos y vivimos en una misma casa común: Chile.
Verónica Correa
La sociedad decente
En las sociedades decentes se respetan las garantías y derechos constitucionales, las leyes y tratados internacionales vigentes, el principio de legalidad, la igualdad ante la ley y el debido proceso penal, y las sentencias condenatorias se dictan sólo si existen pruebas suficientes que lleven a la convicción, más allá de toda duda razonable, de que realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y que en él hubiere correspondido al acusado una participación culpable y penada por la ley. Lamentablemente este respeto está ausente en los juicios sustanciados contra los militares, carabineros y policías que en el ejercicio de su ingrata tarea de enfrentar la violencia revolucionaria y el terrorismo de los años 70 y 80 cometieron delitos políticos; es decir, hechos reprochables ejecutados por causas o motivos políticos durante un estado de excepción constitucional en una época de enorme convulsión social; convulsión que fue originada por la clase política y no por los referidos agentes del Estado. ¿Es Chile una sociedad decente?
Adolfo Paúl Latorre, abogado
Medidas del Papa
Con los resultados de la última encuesta semanal Cadem, mostrando que un 83% considera que la Iglesia Católica no es honesta y un 96% que protege a los curas acusados, queda más que claro que la recuperación de la confianza y credibilidad de ella no pasa solamente por los cambios que haga el Papa Francisco de sus autoridades locales, ni menos por la cantidades de veces que pidan perdón, de seguro la respuesta con la solución la tenga Francisco, cuando se haga la pregunta ¿Qué haría Cristo puesto en mi lugar?, en una de esas, ya la tiene y eso explicaría de su tardanza para anunciarla.
Luis Enrique Soler Milla
Medicamentos y tercera edad
En Chile, los adultos mayores superan los 2 millones 800 mil personas, equivalente al 16,2% de los habitantes del país. La población adulto mayor es la más alta consumidora de medicamentos, donde un 40% consume al menos un fármaco de venta libre, un 65% utiliza más de tres medicamentos, y un 20% toman hasta 10 prescripciones en una misma semana. Considerando estos datos, es de esperar que esta población esté mucho más expuesta a padecer reacciones adversas a medicamentos, lo que contribuye al alza en los gastos médicos asociados a sus tratamientos.
Es preocupante ver cómo en algunos centros asistenciales de nuestro país se prescriben indiscriminadamente medicamentos de alto riesgo como AINEs o ansiolíticos a esta población que, debido a cambios fisiológicos propios de la edad, son más susceptibles a desarrollar efectos negativos que impactan en su calidad de vida. Estos problemas, sumado a que los médicos tratantes no están familiarizados con conceptos como "uso inapropiado de medicamentos", incrementa aún más los riesgos en esta población vulnerable. Es por esto que se deberían implementar medidas más estrictas en cuanto al uso apropiado de medicamentos en el adulto mayor, incrementando las medidas de farmacovigilancia, manteniendo especial cuidado en aquella población aislada.
Liliana Peredo, académica Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello