28 casos de femicidio en el año
Independiente que en nuestro país este delito sea castigado con condenas severas, estos crímenes dejan familias mutiladas por el dolor.
Según estadísticas actualizadas del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, al 25 de septiembre del presente año se han registrado 28 femicidios consumados y 86 femicidios frustrados en nuestro país. El año pasado, en tanto, se contabilizaron 43, ocho más que en 2016. Según la legislación chilena (ley 20.480), un femicidio es el asesinato de una mujer realizado por quien es o ha sido su esposo o conviviente. Este delito es la forma más extrema de violencia contra las mujeres y es una muestra de que en nuestras sociedades todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la libertad y la vida de las mujeres. Las penas para quienes cometen femicidio en Chile van desde los quince años y un día de cárcel hasta la cadena perpetua.
La violencia extrema ejercida por el hombre contra la mujer es un problema transversal en los diferentes estratos sociales y aún es algo difícil de erradicar.
Muchos dicen que la celopatía, la incomprensión, las carencias afectivas, la falta de cultura y la violencia se conjugan en la génesis de un problema inaceptable. Primero, aparece como una agresión sicológica, para luego dar paso a los golpes y terminar en hechos tan lamentables como los descritos.
Independiente que en nuestro país este delito sea castigado con condenas severas, estos crímenes dejan familias mutiladas por el dolor y con consecuencia difíciles de imaginar para el círculo cercano de las víctimas, en especial para los hijos.
Otro dato interesante es que un bajo porcentaje de las víctimas denuncia la violencia en su contra, en gran medida porque dependen económica y emocionalmente de su pareja y por el miedo a represalias, lo que torna aún más complejo el asunto.
Los femicidios son una triste señal que la violencia contra la mujer es una realidad presente en nuestra sociedad, que necesita en forma urgente ser atacada con educación y respeto. Y esto va desde la niñez en ambos sexos, por lo que se requiere mucha educación.