La represión
La represión, desde el ordenamiento jurídico, es una herramienta que tiene el Estado con el fin de asegurar la paz social frente a conductas antisociales y/o constitutivas de delitos. La represión del Estado implica usar una fuerza proporcional para tratar de detener a aquellos que usan la violencia en las manifestaciones públicas: la reacción de las fuerzas policiales está en directa relación con la cantidad y fuerza de la manifestación.
La represión no es buena ni mala en si misma, sino que depende del uso proporcionado o desproporcionado que se hace de ella. El objetivo de la represión es impedir que un grupo, o grupos, de personas cercenen los derechos de otros ciudadano (a)s o incurran en prácticas penadas por la ley.
En el último mes hemos visto que hombres y mujeres de todas las edades, grupos de jóvenes idealistas, universitarios, un profesor universitario que se hizo famoso por su activa participación en el Metro, hinchas de variados equipos de fútbol profesional, han tomado la ley en sus manos de manera no tradicional. Algunos, más entusiastas, han impedido el libre tránsito en las ciudades, prendido fogatas en las calles, y producido destrozos. Se expresan así porque dicen que hay muchas injusticias.
Pero, en verdad ¿Hay injusticias en Chile? Sí, y muchas. A modo de ejemplo: las AFPs lucran con las imposiciones de los chilenos y sus millonarias ganancias no todas van a los trabajadores.
Segundo, las pensiones de la mayoría de los chilenos son misérrimas y no alcanzan para mucho. ¿Hasta cuándo vamos a escuchar discursos sobre el particular?
Tercero, ¿para qué hablar de la Salud en Chile? Desfinanciada y pésima, o inexistente, para los pobres.
Cuarto, los costos de la educación universitaria, no obstante la ayuda que se le entrega a algunos alumnos, es totalmente insuficiente.
Finalmente, los sueldos que ganan los políticos, sumados a sus asignaciones especiales, como viáticos, pasajes para viajes dentro y fuera del país, uso de vehículos del Estado, pago de choferes, además de que trabajan mayormente de martes a jueves semanalmente ¿Para qué seguir?
Mauricio Pilleux Dresdner
Estatuas
El constante derribo de estatuas ocurrido durante estas movilizaciones, daño innecesario e injustificado a la propiedad pública y al patrimonio de la ciudad, puede servir para que aprovechemos de reflexionar sobre a quiénes y por qué se le erigen estatuas y qué legados o valores se pretende destacar.
¿Por qué, por ejemplo, hay muchas estatuas de Prat y casi ninguna de Condell? (en Temuco no hay), ¿por qué hay una de Hernán Trizano, de triste memoria?, ¿por qué solo destacar el heroísmo militar y no el de otros campos de la vida social?, ¿por qué no hay en una ubicación destacada de Temuco un monumento a Gabriela Mistral y Pablo Neruda? Sin duda un tema a pensar una vez que superemos esta desafiante etapa.
Jarim Silva Troppa
Paro funcionarios públicos
¿En qué aporta el paro de funcionarios públicos? O sea, en vez de ser parte de la solución se apuntan como parte del problema. En vez de solidarizar de manera egoísta buscan reivindicaciones propias a instancias del triste momento que vive nuestro país le dan una patada en el suelo a la gente que necesita de sus servicios, la de las pensiones miserables, la que se atiende en el consultorio y pierde la hora dada hace meses, la que debe pagar multas en SII mientras a empresas les condonan millones, la que va a la cárcel y no a clases de ética, etc.
Trabajé 12 años en el sector público (Minvu) y noto con tristeza como hay cosas que no cambian. Aun la mayoría llega a tomar desayuno en su horario laboral. Aunque eso sí, hay excepciones, gente con verdadera vocación de servicio pero que por ello son víctimas de bullying por parte de quienes piden sin estar dispuestos a dar. Los que piden aumento de remuneraciones sobre el IPC pero no están dispuestos a aumentar su producción a lo menos en el mismo porcentaje.
No les deseo mal pero ojalá que como parte de las reformas se elimine el Estatuto Administrativo.
Rodrigo Soto Vargas
La violencia
En estos días de manifestación se ha visibilizado un grado de violencia extrema, tanto de una pequeña parte de los manifestantes y de carabineros hacia los civiles. Según los reportes del INDH ya van 1.915 personas que han resultado heridas en estas protestas producto del accionar de personal policial, lo cual, a mi parecer, no debiera ser así, puesto que Carabineros de Chile es una institución que está para velar por la integridad y la seguridad de todas las personas. Es lamentable que gente común y corriente resulte herida por salir de forma pacífica a protestar.
La violencia es innecesaria y combatirla con más represión no hace más que aumentar la tensión presente. Es por esto que el diálogo debe hacerse presente en estos momentos donde la razón y el buen juicio se pierden, y empieza a ganar terreno la ira.
Emilio Paillal, estudiante del Liceo Pablo Neruda, Temuco