Frases
"Ellos han luchado día a día y durante largas horas por la tranquilidad, por la seguridad y por la paz social".
César Bobadilla,
"Estamos abriendo espacios para que puedan comercializar sus productos".
Miguel Becker, — alcalde de Temuco
"Ellos han luchado día a día y durante largas horas por la tranquilidad, por la seguridad y por la paz social".
César Bobadilla,
"Estamos abriendo espacios para que puedan comercializar sus productos".
Miguel Becker, — alcalde de Temuco
Hoy la Iglesia inicia el tiempo de preparación del nacimiento de Jesús. Es muy importante porque es una esperanza que no defrauda. ¡El optimismo defrauda, la esperanza no! La necesitamos mucho, en estos tiempos que aparecen oscuros, donde a veces nos sentimos perdidos frente al mal y la violencia que nos rodea, frente al dolor de tantos hermanos nuestros. ¡Necesitamos esperanza! Nos sentimos perdidos y también un poco desanimados, porque nos sentimos impotentes y nos parece que esta oscuridad no se acaba nunca. Pero no hay que dejar que la esperanza nos abandone porque Dios con su amor camina con nosotros, no nos deja solos, y el Señor Jesús ha vencido al mal y nos ha abierto el camino de la vida. Sobre todo en este Adviento, que es tiempo de espera, en el que nos preparamos para dar la bienvenida al misterio consolador de la Encarnación y de la luz de la Navidad.
En la Biblia, Isaías, el profeta del Adviento, y gran mensajero de la esperanza, se dirige al pueblo con un anuncio de parte de Señor: «Consolad, consolad a mi pueblo". Porque el pueblo está viviendo en ese tiempo la tragedia del exilio en el desierto, en Babilonia, un momento dramático en la historia de Israel, que había perdido todo: la patria, la libertad, el patrimonio, la dignidad, e incluso la confianza en Dios. Se sentía abandonado y sin esperanza. Pero, aquí está la llamada del profeta de parte del Señor que vuelve a abrir el corazón a la fe. La vida es a menudo un desierto, es difícil caminar dentro de la vida, pero si nos encomendamos a Dios puede llegar a ser hermosa, y recuperar la alegría que ofrece la esperanza de encontrar al Señor. Es suficiente con no perder nunca la esperanza, basta que sigamos creyendo, siempre, a pesar de todo. Así aprenderemos a ver en la vida el camino que nos lleva a encontrarnos con Dios.
Muchos decimos, "yo creo en Dios", pero mi vida está muy lejos de ser cristiana y de Dios. Aquí se trata de volver a Él, convertir el corazón al Señor, e ir por este camino para encontrarlo porque Él nos espera. Esta es la predicación de Juan Bautista, preparar el camino para el encuentro con ese pequeño niño que viene, nos dará de nuevo la sonrisa de la vida nueva que trae consigo. Porque la verdadera historia, la que permanecerá en la eternidad, no es la hecha por los poderes de este mundo, sino la hecha por Dios junto con sus pequeños y sencillos como María y José, o los pastores que eran despreciados y no contaban nada. Son los pequeños y pobres, hechos grandes por su fe, que a pesar de todo, saben continuar esperando. La esperanza es una virtud de los que son como ellos, y que a diferencia de los profetas de calamidades, son capaces de transformar la soledad desesperada y el sufrimiento, en un camino plano para ir al encuentro del Dios Niño que nace y participar en la gloria del Señor. Dejémonos enseñar la esperanza, y cualquiera que sea el desierto de nuestras vidas y sociedad, se convertirán en un jardín florecido, porque la esperanza en Dios no decepciona.
Héctor Vargas, obispo de Temuco
Con auspiciosas perspectivas partió anoche la segunda Teletón en la ciudad de Temuco y en general en todas las localidades de la Novena Región, según lo expresado por el agente del Banco de Chile, Orlando Becker, quien agregó que la oficina de Banco de Chile en Temuco atendió ininterrumpidamente durante toda la noche.
En La Araucanía ha habido un aumento paulatino de las denuncias de maltrato hacia la mujer. Según estudio del Sernam, en la Región, la violencia física y sexual es más elevada en los estratos socioeconómicos bajo y muy bajo. Un total de 5.700 denuncias por violencia intrafamiliar se recibieron en 2008, mil más que a comienzos de la década.
Cerca del 11% de los nacimientos que se producen en La Araucanía corresponde a bebés que llegan al mundo con menos de 37 semanas de gestación, lo que implica unos 1.500 partos al año con esa condición. A la vez, del total de prematuros, un 10% son extremos, con menos de 24 semanas.
Cuando el verano está a la vuelta de la esquina, uno de los rubros que comienza a tomar fuerza es el del turismo. Y es que si bien el estallido social que se inició el pasado 18 de octubre ha generado mermas en el comercio, las que se han visto reflejadas en bajas ventas y, en algunos casos más extremos, en el cierre de algunos comercios ubicados en las áreas donde se desarrollan acciones de protesta, los emprendedores del turismo tienen sus esperanzas puestas en que ofreciendo buenos servicios, precios accesibles y productos de primera calidad, podrán atraer a los visitantes que busquen un merecido descanso durante la temporada estival.
Uno de esos sectores es Villarrica, en la zona lacustre de La Araucanía, una comuna inserta en medio de un área privilegiada en belleza paisajística y que cuenta con servicios turísticos de alto nivel y reconocimiento. Pues bien, el Estado y el municipio local, en su afán de apoyar los emprendimientos de los vecinos que ofrecen servicios en la zona aledaña a la ciudad, desarrollaron un curso de Turismo Rural, una iniciativa implementada por el Departamento de Desarrollo Rural de la Municipalidad de Villarrica, que contó con el apoyo de Indap.
La idea de la capacitación, impartida por profesionales del turismo, era seguir profesionalizando el rubro, de manera de entregarle a los emprendedores del turismo rural de la comuna las herramientas necesarias para que mejoren sus servicios y los productos que ofrecen a los turistas, lo que les permitirá atraer a más visitantes y mejorar, por consiguiente, sus ingresos.
Actividades de este tipo ayudan a nivelar un rubro que cuenta con un enorme potencial y una amplísima variedad de servicios, y al que se están incorporando cada vez más familias de las zonas rurales, que ven en el turismo una actividad que puede ayudarlas a generar recursos adicionales a los que logran con sus habituales labores campesinas y, de paso, mejorar la calidad de vida de todos sus integrantes.