"Debemos hacer de Temuco una ciudad culturalmente
Teodoro Ribera Neumann debe ser el ministro con la agenda más copada durante febrero y, por lejos, con más reuniones en el extranjero. Sólo este mes el actual canciller deberá viajar a Ottawa, la capital canadiense, a un encuentro del Grupo Lima; y a Montevideo al cambio de mando de la Presidencia uruguaya. Además, febrero es el mes de las planificaciones, tanto de las direcciones generales como de las misiones que están bajo el alero del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sin embargo, en la carpeta del canciller hay un viaje obligado y que espera con entusiasmo. El lunes 24 de febrero aterrizará en la capital regional de La Araucanía para recibir la distinción de Hijo Ilustre de Temuco, una condecoración que, asegura, lo llena de orgullo y satisfacción.
El abogado, exrector de la Universidad Autónoma de Chile y exministro de Justicia, hizo un alto en su agitada agenda para comentar con El Austral los significados que tiene este homenaje, y cómo vislumbra a su natal Temuco en el futuro.
hijo ilustre
-¿Qué significado le otorga a esta distinción de Hijo Ilustre de Temuco?
-Uf. Una gran emoción, un profundo agradecimiento y un mayor compromiso con Temuco y la Región.
-En 2007 su padre recibió la misma distinción. Más allá del reconocimiento que hace el municipio, ¿siente realmente que la ciudadanía valora y reconoce el aporte de la familia Ribera en la ciudad?
-Mi familia llegó como muchos otros migrantes a esta ciudad, cargados de esperanzas. Estamos profundamente agradecidos de Temuco y de la Región. Esta es la ciudad en que nacimos y a ella le debemos mucho. A ella queremos aportar en lo educacional y en lo cultural. Se trata de un compromiso familiar, más que buscar el reconocimiento ciudadano.
-La concejala Constanza Saffirio fue la única que se opuso a su nombramiento. Dijo que no era el momento de destacar "rostros políticos". ¿Qué opina?
-Respeto profundamente su opinión y su mirada también es válida. En realidad hace mucho que no estoy en las trincheras más políticas, sin perjuicio que siga preocupado de lo público.
-¿Y qué les respondería a quienes lo han criticado por desestimar algunos informes de Derechos Humanos y que haya descartado algún tipo de violación?
-Se me ha criticado por una frase de la cual no tengo problemas en hacerme cargo. Dije en el contexto de un punto de prensa, más precisamente en la quinta pregunta sobre el tema, que "informes más, informes menos", debemos implementar prontamente aquello en lo que ya existe pleno consenso para salvaguardar de mejor manera los derechos fundamentales y así lo estamos realizando. Algunos trataron de hacer ver que esa frase restaba validez a los informes y ello no era así. Respecto de la situación de los DDHH, se debe recordar que fue el Gobierno el que invitó al ACNUDH y otros organismos y puso toda la información a disposición de estos, lo que demuestra nuestra voluntad de ser absolutamente transparentes en esta materia. Respecto de las denuncias en específico, hemos transmitido que somos una democracia sólida, con instituciones independientes y serán los tribunales los encargados de establecer las eventuales responsabilidades penales. Con la misma determinación que hemos acogido observaciones y hemos defendido la fortaleza de la institucionalidad democrática, también hemos dejado en claro cuándo algunas de las sugerencias o comentarios personales de determinados personeros han estado fuera del ámbito de un informe de esa naturaleza.
-¿No tiene alguna autocrítica al respecto?
-Siempre me pregunto si mi lenguaje directo es inadecuado en algunos casos. Y creo que sí puede serlo. La idea era insistir que ya llevábamos 4 informes externos y que lo que procedía es analizarlos con la mente abierta y ver lo que era asumible, más que seguir debatiendo superficialmente sobre los mismos.
temuquense
-¿Qué significa para usted ser temuquense?
-Es ser parte de una ciudad pujante, con una mente abierta, donde lo que cuenta es el futuro, siempre con respeto a su rica historia. Ser temuquense es, en cierta medida, ser pionero, abierto, reconocer y valorar la diversidad y a las personas por lo que son.
-Temuco está pronto a cumplir 139 años desde su fundación. ¿Cuáles cree usted que son las grandes carencias y problemas de la ciudad?
-Tenemos que hacer de Temuco una ciudad más integrada, con mayores vías estructurantes. Siguen faltando elementos que convoquen el visitar Temuco. Si la expectativa de vida va a aumentar, debemos hacer de Temuco una ciudad culturalmente más atractiva.
- ¿Y cuáles son los principales aspectos positivos?
-Temuco es una ciudad de servicios educacionales, de salud, comercial, etc. Sin embargo, otras ciudades también lo están logrando. Hay que mirar ciudades de vanguardia de otros países.
-¿A qué ciudades, por ejemplo?
-Debemos pensar cómo desearíamos nuestra ciudad a largo plazo y luego buscar ciudades que han tenido un desarrollo al que aspiramos. En integración de barrios puede ser Medellín, en transporte urbano Curitiba, en arte urbano Barcelona. También debemos mirar con atención casos de ciudades que han hecho de la multiculturalidad un ejemplo, porque mejora la calidad de vida de sus habitantes, y también un activo turístico y cuando digo esto, pienso por ejemplo en ciudades neozelandesas. Se ha avanzado mucho en la infraestructura deportiva, pero falta abarcar otras necesidades humanas. El Cerro Ñielol, el Museo Ferroviario y el Teatro Municipal pueden y deben ser considerados la base para una ciudad que sea habitada y visitada para conocerla y gozarla. ¿Qué ofrece Temuco al turista? ¿Por qué he de decidir que Temuco sea mi lugar de residencia cuando me pensione? Esas son preguntas que debemos formularnos.
-Una pregunta de ficción. ¿Si fuera alcalde cuáles serían sus medidas más inmediatas?
-Para ser alcalde hay que tener habilidades que no tengo. Pero es claro que un alcalde debe conciliar las demandas apremiantes de quienes lo necesitan con un diseño urbanístico de futuro. Temuco debemos proyectarlo a 30 o más años. En ese aspecto, rescatar el río Cautín puede cambiar la imagen de la ciudad.
-Cuando asumió como ministro usted aseguró que estaba disponible para ayudar a la Región desde la Cancillería. ¿Las autoridades se han acercado para concretar algunos apoyos para La Araucanía?
-Hemos estado en contacto con el alcalde, el intendente y el director de Conadi para ofrecer mi ayuda.
-¿Cómo se explica que Temuco haya sido una de las ciudades con menos episodios de violencia tras el inicio del estallido social?
-Desde el 18 de octubre tenemos dos realidades que se han superpuesto. Por un lado, están las demandas sociales que se expresan de manera pacífica y que constituyen la parte mayoritaria del fenómeno. Por otro, una expresión violenta ejercida por un grupo minoritario que ha causado serios daños. En el caso de Temuco, muchos esperaban que, dado lo que se ha vivido en las últimas dos décadas, hubiera una situación al menos similar a lo registrado, por ejemplo, en Concepción, Valparaíso o Antofagasta. La verdad, sin embargo, es que las demandas indígenas más radicales buscan desprenderse del Estado, pero no sustituirlo por otra estructura. Por ello, cuando hablamos de la arista de mucha violencia ejercida por una minoría y de las acciones violentas que realiza el movimiento radical mapuche, también minoritario, estamos refiriéndonos a dos realidades de objetivos disímiles.
regiones
-¿Ser de regiones es una desventaja en términos profesionales y de oportunidades?
-Puede ser que sí. Al ser de regiones se carece de contactos y se tiene que demostrar lo que se es. Se comienza sin redes en un país donde ello todavía cuenta mucho, por lo que el objetivo es hacer primar el mérito. La fortaleza para alguien de regiones es que aquí personas de orígenes y situaciones sociales y culturales disímiles comparten mucho más y ello afina la capacidad personal de relacionarse.
-Una de las grandes dificultades de las regiones frente a Santiago es retener sus talentos. La mayoría de los profesionales prefiere emigrar en busca de mejores condiciones. ¿Qué deben hacer las regiones para evitar esa fuga?
-El centralismo tiene mucho de cultural y de oportunidades laborales. Por ello, lo primero es creer en sus propias capacidades y relacionarse con el mundo, más que con Santiago. La formación de nuevas élites intelectuales en las universidades regionales produce irremediablemente una situación de mayor autonomía intelectual.