Arsenio Herrera, gran valor de la mancha pictórica
Hace pocos días falleció el maestro Arsenio Herrera Gutiérrez, pintor relevante de nuestra región de La Araucanía. Nació en 1939 en Victoria y cultivó una vasta trayectoria nacional.
Su inicio en la pintura surge en la ciudad de Lebu, lugar donde presenta su primera exposición (1955) teniendo como maestro al pintor Carlos Urquiza. En general su aprendizaje fue más bien autodidacta, como varios de nuestros artistas que no alcanzaron una formación formal, sino que adquirieron las herramientas técnicas en base a su referente más preciado: la naturaleza.
Herrera trabajó en la Compañía carbonífera de Lebu, para luego radicarse en Temuco el año 1960, donde fue maquinista de trenes, de allí surgirán sus bellos temas de estaciones y locomotoras que pueblan nuestra memoria.
En 1968 coincide con el destacado acuarelista Ricardo Anwandter, el cual le aconseja en términos artísticos, luego ambos iniciarán una gran amistad, conformando junto a Jaime Fierro y Alfredo Castillo una generación de prolíficos artistas. Su procedimiento más utilizado fue el plein air, o trabajo al aire libre, estrategia pictórica que se vincula a los impresionistas y con la cual produjo numerosas obras, programando motivadoras salidas junto a sus colegas, incluyendo al destacado maestro Héctor Robles Acuña (1919-2007).
Posteriormente al golpe militar se inclina definitivamente por desarrollar su carrera como pintor, viajando por el país entre sus exposiciones.
Su paleta se caracterizó por sólidos grises, con que daba vida a las viejas casas y a nubes de lluvia, abundaban también diversidad de verdes en ricos matices. Ya en los años 90, emigró por una década a San Felipe, desde entonces torna su pintura más luminosa, impregnándose de aquella luz característica, acercándose a gamas cálidas y atmósferas propias del paisaje central. Su pintura neo-impresionista de una mancha y materia particular tiene un lugar propio entre nuestros paisajistas chilenos, plasmando para la posteridad, el patrimonio rural y su humilde arquitectura. Entre sus exposiciones más recientes están en 2005 "Los Caminos Andados" y en 2010 "Estaciones y trenes de La Araucanía", con la cual rememora los tiempos en que el ferrocarril era el único medio de transporte hasta los pueblos más alejados.
Hoy, luego una magna producción pictórica, el maestro ha partido, pero nos ha legado su maravillosa obra, su ímpetu por la pintura y el paisaje.
Daniel Lagos Ramírez
artista. Magíster en Arte y Patrimonio