Frases
"La construcción es muy antigua y eso complejizó mucho su extinción".
Marcelo Herrera
"Nunca pensamos que íbamos a tener un febrero con tanta gente".
Carlos Barra
"La construcción es muy antigua y eso complejizó mucho su extinción".
Marcelo Herrera
"Nunca pensamos que íbamos a tener un febrero con tanta gente".
Carlos Barra
Una reunión exploratoria para conocer el pensamiento de dirigentes de diversas organizaciones gremiales y sociales representativas se efectuó en las oficinas de la Sofo para tratar de ir a la formación de un comité pro Centenario de Temuco que colabore con la municipalidad en la organización de un programa.
Tal fue el efecto del movimiento telútico que se extendió por casi dos minutos que en la Región dejó un saldo preliminar de 11 víctimas fatales en las comunas de Villarrica, Puerto Saavedra, Padre Las Casas, Angol y Temuco. Las principales causas de los fallecimientos han sido derrumbes de infraestructura e infartos.
Seis internos en huelga de hambre evitan que José y Luis Tralcal arriben al penal de Temuco. Los hasta el martes prófugos de la justicia por el crimen del matrimonio Luchsinger están bajo custodia en Santiago. Dirección de Gendarmería prepara para los próximos días un traslado terrestre considerado de alto riesgo.
Al cumplirse el pasado miércoles una década del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010, que dejó un triste saldo de521 personas muertas, de las cuales 14 eran de La Araucanía, es oportuno reflexionar sobre cuanto se ha avanzado en materia de prevención y emergencias en nuestro territorio. Si bien se aprendieron varias lecciones, entre ellas la preparación de la ciudadanía, también han muchas deudas al respecto.
Especialistas consultados por El Austral plantean que aún están pendientes dos proyectos fundamentales en la Región, como la puesta en marcha de un eficiente sistema de alarma en la zona costera y limitar la construcción de inmuebles en los sectores de mayor peligro. Ahí falta regulación y un mayor compromiso de la autoridad.
Otro dato clave para la comunidad, y que a veces se olvida, es que vivimos en una de las zonas más sísmicas del mundo. Y al menos desde fines del siglo XVI hasta hoy existen registros muy bien documentados de la ocurrencia en territorio nacional de un terremoto de magnitud 8 o superior, en promedio cada 10 años.
La revisión historiográfica revela también que los niveles de vulnerabilidad y exposición a los efectos de estos episodios son muy altos, ya que prácticamente todos han provocado pérdidas humanas y económicas de gran magnitud.
Dos ejemplos del impacto de estos fenómenos se hallan en el Siglo XX. El primero fue el terremoto de Chillán, de 1939. Datos de prensa estimaron entre 20.000 y 30.000 las víctimas fatales.
El segundo fue el megasismo de Valdivia, que ocurrió el 22 de mayo de 1960 y es considerado el mayor terremoto ocurrido en tiempos modernos -9.5 grados en la Escala de Richter-. Frente a esta constatación histórica, se debe enfatizar la necesidad de contar con una comunidad informada respecto de las singulares condiciones de riesgo que se enfrentan y, por supuesto, fortalecer la institucionalidad y las políticas públicas asociadas a estas tareas.
Ad portas que se conmemore un nuevo Día Internacional de la Mujer, el cual, más que conmemoración pareciere ser que se convertirá en una verdadera movilización, que más que atraer, atemoriza; quiero manifestar la opinión que me merecen tantas expresiones de grupos feministas, que se han levantado en estos últimos años. Creo que represento a más de alguna y eso ya me hace sentido para llamar a una reflexión concienzuda sobre estas manifestaciones, que muchas veces transgreden los límites del respeto y la dignidad que merecemos por el solo hecho de ser mujeres.
En efecto, las mujeres que enarbolan la bandera feminista, se olvidan que la esencia de nuestro género, mal llamado sexo débil, es la femineidad, concepto que alude a valores, características, comportamientos y naturaleza intrínseca a la mujer o a lo femenino, en oposición a lo masculino. Es decir, bastaría que las mujeres impusiéramos nuestra femineidad, sin llegar a los extremos que representan los grupos feministas.
No se confunda la naturaleza de la femineidad con la sumisión frente al género masculino, dicho concepto está muy lejos de eso. Soy una férrea defensora de las mujeres frente a tantos actos de violencia que se ejercen respecto de nosotras y he luchado por erradicar este lastre que ensucia nuestra sociedad. He vivido en carne propia la misoginia que se vive en la política.
Eso sí, no por lo anterior estimo, sea legítimo, ni tengamos derecho a abogar por el aborto, por el solo hecho que seamos dueñas de nuestro cuerpo. Sí, efectivamente podemos disponer de nuestro cuerpo, pero no así, de otra vida que se desarrolla milagrosamente en nuestro vientre. A modo de comentario, mucha atención y extrañeza me produjo presenciar una marcha de mujeres "feministas" que pedían con cánticos y gritos, el aborto libre, marchando por las calles de Temuco con los niños de la mano y en brazos de sus padres. Siento pudor ver a estas mujeres feministas saliendo a sus marchas con sus senos descubiertos, lo que solo provoca muchas miradas lascivas. Todo lo anterior revela una absoluta falta de consecuencia.
En lo que a mí respecta, soy una mujer luchadora, defensora de mis derechos, que he sabido sobreponerme a los sinsabores de la vida, de los cuales no he estado exenta. He parido tres varones que respetan y valoran a las mujeres. He manifestado, a viva voz, la igualdad que se debe dar a mis opiniones, no permitiendo que se me ignore por hombres misóginos que abundan en el mundo político en el cual me desenvuelvo.
Pero, no por eso voy a integrar grupos feministas ni menos enarbolar esa bandera de lucha. Por lo que abogo es porque hombres y mujeres reconozcamos nuestras naturales y legítimas diferencias, respetándonos dentro de ellas.
No se olviden las mujeres que se manifiestan como feministas que, muchas no nos sentimos representadas por ese movimiento y, no por eso vamos a salir a protestar y marchar por las calles de nuestra ciudad enarbolando la bandera de la femineidad.
¡A mucha honra, femenina sí, feminista no!
Solange Carmine Rojas concejala de Temuco