El Diario El Austral cumple hoy 104 años de vida. Y lo hace en medio de tiempos complejos para el periodismo serio y responsable, el cual está enfrentado entre un mercado en transformación y noticias falsas que hacen un grave daño. Pasa en Chile y también en el mundo, con una grieta que cada vez separa más a las personas y las va agrupando de acuerdo a sus intereses en común, estrechos y cortoplacistas, sin la posibilidad de ver más allá y de entender a quienes piensan distinto.

Si antes el desafío de los diarios era interpretar el presente para visualizar qué nos deparaba el futuro, hoy lo es levantarse como baluartes de una información seria y responsable, preocupada de su entorno y de los valores cívicos, versus las ilegítimas intenciones que hay detrás de cada noticia falsa. Ellas son, las noticias falsas, la gran amenaza para la libertad de expresión y el derecho de la información, y por ende, de la convivencia democrática.

En este escenario, quienes conformamos El Austral tenemos una obligación. Es nuestro deber, siguiendo una tradición que se inició en 1916, permanecer atentos a la comunidad local, prestos para denunciar aquello que ha de ser corregido, para aplaudir lo que amerita un reconocimiento, para observar una tendencia que explica nuevos rumbos y posibilidades. Es el mejor homenaje para tantas generaciones de periodistas que han pasado por nuestras oficinas, todas ellas cumpliendo siempre el mandato de ayudar a fomentar el desarrollo local y a defender férreamente los intereses e ilusiones de la comunidad regional.

Este presente complejo nos demanda a plenitud. Dispuestos a hacer periodismo ya no solo porque es una sana costumbre, sino porque es la mejor arma para enfrentar el concierto de noticias falsas que atentan contra el debate y empobrecen el futuro. Lo hemos hecho en 37.823 ediciones, lo haremos hoy mismo, preparando la edición 37.824, y lo seguiremos haciendo todos los días, porque es lo que Temuco y la Región de La Araucanía necesitan para reducir la incertidumbre de esta época, tan falta de diálogo, de empatía, respeto y tolerancia.

A propósito de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es inevitable relacionar esta fecha con el actual contexto que vivimos como país, donde se han alzado enérgicamente las principales demandas que impactan en la calidad de vida de millones de personas y que nos mueve a trabajar por una sociedad más justa y equitativa.

En este contexto, tenemos que reconocer que una de las principales voces ha sido la de las mujeres y que, sin dudas, no hay quien no se beneficie de las demandas feministas. Porque -más allá de las peticiones específicas del género- integrar y considerar a la mitad de la población en igualdad es, primero, un avance en sensatez, pues es lo racional construir con todas, todos y todes sin exclusiones; y, por demás, un acto de justicia que solo permitirá que nuestra sociedad se desarrolle y crezca. Y está bien que nos hagamos nuevas preguntas respecto a cuál es esa sociedad que queremos ver crecer, cuáles son los roles y paradigmas que debemos destruir y, en el intertanto, cómo participar del proceso dándole a cada uno el espacio que demanda para liderar e impulsar estos cambios.

No hay quien no se beneficie de la lucha feminista, pues han sido ellas las que han asumido el rol fundamental de obligarnos a abrir los ojos y reconocer las abismantes distorsiones de nuestra sociedad actual, repleta de estructuras de privilegios que ya no tienen cabida en este escenario de demandas sociales. Han sido ellas las que nos han dicho -ya en todos los tonos- que las desigualdades en las que viven las mujeres no solo repercuten en ellas, sino en la sociedad completa, empobreciéndola y retrasándola. Y, aún más triste, hemos sido testigos de la frecuencia con la que se enjuicia y descalifica a las mujeres por exigir igualdad, como si se tratara de una guerra de los sexos; sin comprender que el feminismo no es, ni remotamente, una lucha contra los hombres.

Ya sobran las estadísticas y estudios para avalar lo anterior, que una sociedad crece cuando integra, no cuando ignora, por lo que desde nuestro trabajo diario con alrededor de 15 mil emprendedoras de la zona norte del país, acompañamos y aplaudimos la lucha por la dignidad y la igualdad de oportunidades para todas, todos y todes.

Pablo Ramírez,

subgerente zona norte

Fondo Esperanza

Su preocupación y también su malestar han expresado los vecinos de Villa Comuy, en la comuna de Pitrufquén, por el atraso que ha experimentado el inicio de los trabajos de instalación de la red de agua potable, una sentida necesidad de la comunidad de esta parte de la IX Región. Las obras debieron partir en enero, lo que no ocurrió.

Tres años para volver a

levantar Hospital Regional

Si bien este lunes el Hospital Regional de Temuco retomará parte de su normalidad en las atenciones, el gran terremoto del pasado 27 de febrero causó tanto daño en las instalaciones que las estimaciones señalan que recién en tres años de trabajos podría retornar a su pleno funcionamiento. Por ahora, distintas sedes de salud apoyarán.

Hospital de Cunco está próximo a abrir puertas

Con cerca de un 99% de avance en los trabajos, el hospital de la comuna de Cunco está próximo a abrir sus puertas, estimándose además que al año 2022 debiesen estar en marcha los centros asistenciales de Padre Las Casas y de Villarrica, y antes de esa fecha los de Carahue y Makewe, en la Red Asistencial de Cautín.