Fundación de Victoria
La Guerra del Pacífico provocaba serias dificultades en el territorio de La Araucanía en proceso de colonización debido al traslado masivo de las tropas de línea a la zona norte por lo que se constituyó la llamada Guardia Nacional. A los integrantes de estos batallones se les llamaba los "Lleulles" o "Lleuques". En este grupo se enroló don Bernardo Muñoz Vargas, fundador de Victoria.
Las tropas destacadas en la zona se encontraban al mando del general Basilio Urrutia quien, por razones de salud, delegó el mando en varios oficiales, entre ellos el coronel Gregorio Urrutia, quien a la larga logró ganarse la confianza de los jefes nativos. En marzo de 1881, el coronel Urrutia, como jefe subrogante, despachó una misión de sus tropas al norte, por el lado de Chanco, al mando del teniente coronel graduado don Manuel Ruminot, quien llevaba consigo una columna del Batallón Angol de Caballería Movilizada. Precisamente el 28 de marzo reasume el mando el general Basilio Urrutia. La orden del día se iniciaba textualmente así: "Jefe para el día de hoy, don Bernardo Muñoz Vargas". De esta manera, Bernardo Muñoz Vargas, entonces de 36 años, iniciaba la aventura que lo inmortalizaría como fundador de Victoria. En ese mismo día comenzaban los trabajos del reducto y del cuartel: ya elegido el lugar, un bosque que circundaba la zona proporcionó las maderas necesarias para levantar el fuerte con su empalizada, sus torres, sus casas, cuarteles, pesebreras, bodegas, etc.
Hoy día, el busto del comandante Muñoz Vargas preside las principales ceremonias cívicas y militares en la plaza de Victoria, recibiendo así el homenaje de sus agradecidos habitantes.
Miguel Huerta Marín, bisnieto del fundador
8M
Ad portas de la marcha del 8M, donde las mujeres, no me cabe duda, harán sentir su voz con fuerza, afloran en lo personal, algunas ideas que como sociedad debieran ser axiomas.
Una de ellas, dice relación con la protección que el Estado debe otorgar, oportunamente, a las mujeres que son víctimas de violencia, en cualquiera de sus formas. Es en este punto donde el vocablo "oportunamente", adquiere la relevancia que posee. En la actualidad, el Estado se encuentra actuando de manera tardía debido a la falta de voluntad política para subsanar el desfase.
Si la autoridad insta a la mujer violentada a denunciar, es porque cuenta con la certeza absoluta que podrá protegerla, de otro modo, no solo sería un actuar negligente, sino además, revestiría de un carácter doloso en su actuar, el Estado actuando como cómplice cooperador de la felonía.
Aunque parezca digno del teatro del absurdo, termina siendo el Estado el facilitador de la violencia de género, al no adoptar medidas eficaces, por costosas que están sean, para prevenir las represalias del individuo denunciado y hacer realmente efectiva la orden de alejamiento. Mientras ello no ocurra, cualquier llamado a denunciar no solo es irresponsable, sino también, roza lo criminal, al exponer a las víctimas, tras la denuncia, a un final trágico y desgarrador.
Cristián Álvarez Avendaño
Vocería
La vocería presidencial sobre el coronavirus fue clara y no admite dos lecturas: para que Chile no se quedara atrás respecto a importantes países de Europa y América, un médico de 33 años fue a Singapur a buscarlo.
José Luis Hernández Vidal
Cuentas nacionales
Dentro de la discusión previsional, se ha nombrado bastante las "cuentas nocionales", por lo que es necesario precisar algunos puntos importantes.
En primer lugar, las cuentas nocionales son propias de los sistemas de reparto, y su objetivo es cuantificar el aporte real de cada trabajador durante su vida laboral, para así determinar un monto de pensión acorde a lo aportado, evitando pensiones más generosas que otras, a igualdad de aportes, como sucede hoy en Francia.
Segundo, las cuentas nocionales de los trabajadores son virtuales, no son reales, pues las cotizaciones no se invierten ni se depositan en alguna cuenta a nombre del trabajador, por lo que solo son un registro virtual.
Tercero, las cuentas nocionales jamás resguardarán el derecho de propiedad sobre las cotizaciones -el dinero no existe-, y por ende la herencia tampoco.
Cuarto y último, el pago de la pensión siempre dependerá del Estado, y como la lógica es de un sistema de reparto, el riesgo de no pago en el largo plazo es muy alto.
Eduardo Jerez Sanhueza