Oración en tiempos difíciles
La oración en la mayoría de las religiones es el pilar de la práctica religiosa. Para los cristianos es el "Padre Nuestro", enseñado por Jesús, a petición de los discípulos, él les dijo: "Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le abre". Agregó: "Cuando tú vayas a orar, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas".
Ustedes no lo hagan como los hipócritas, que gustan rezar de pie en las sinagogas y esquinas para exhibirse. A la mujer samaritana, Jesús le dice: "Dios es Espíritu y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad".
En estos tiempos difíciles, agravados por el coronavirus, debemos tener presente en nuestras peticiones a todos los enfermos, orando por su salud y por quienes los atienden y cuidan en hospitales y clínicas: auxiliares, paramédicos, enfermeras (ros), nutricionistas, doctoras(res), administrativos y trabajadores en general.
A todos ellos, nuestros agradecimientos en nombre del Señor, por la labor que realizan en bien del prójimo, recordándonos al "Buen Samaritano".
Derico Cofré Catril
Transacciones digitales
La Organización Mundial de la Salud aconsejó recientemente que se trate de evitar, en lo posible, el uso de billetes para realizar todo tipo transacciones y ayudar así a disminuir la propagación del coronavirus. En ese escenario adverso para todos, el uso de la tecnología para realizar trámites se vuelve imprescindible, incluyendo transacciones financieras.
Hoy una medida clave es incentivar el uso de transacciones digitales para pagar en cualquier lugar y momento, ya sea a través de un smartphone o computador, sin exponerse haciendo filas con mucha gente alrededor o buscando cajeros automáticos para obtener efectivo, incluso evitando el tránsito innecesario por los lugares más afectados.
Si bien estamos en una gran crisis, es una oportunidad para que la industria financiera pueda definir estrategias para aumentar la bancarización y traspasar las transacciones en efectivo al digital, ya que incentivar un proceso de inclusión financiera mejora el uso de beneficios sociales, aumenta el comercio electrónico (tan necesario hoy) y se incentiva su uso en comercios formales, sin mencionar que hoy en día el mantenerse alejado de las multitudes es un deber ciudadano.
Patricio Vega
Al este del Edén
Si hay novelas que tienen el mérito de cambiar la vida para siempre, una de ellas es "Al este del Edén" (1952) de John Steinbeck. Frente al avance de la pandemia y ad portas a su empeoramiento, que experiencia invaluable sería inundarse de sus páginas durante la cuarentena, pues no solamente trata con maestría artística la brutalidad, sino que también la lucha por la aceptación, la sexualidad y sobretodo, la decencia.
Pero tanta sensibilidad literaria se pulveriza cuando fuertes barreras cognitivas, económicas y prácticas del Chile en el que coexistimos impiden el privilegio de explorarse a uno mismo, leyendo novelas de más de 600 páginas. Si hay algo fundamental de atender como urgencia social -una vez que la tormenta pandémica amaine- es la actual estratificación de capitales cognitivos, que un sistema educativo público de alto rendimiento puede revertir. Esa causa no debe renunciarse hasta lograr su conquista.
Camilo Barría-Rodríguez, historiador
Armagedón
Hoy un elemento microscópico de la naturaleza, un virus; cual armagedón nos golpea y de paso nos canta la cartilla, nos impulsa a dar examen ante la vida y como consecuencias inmediatas; chao a cualquier reforma, demandas, abusos, género, ideologización, DD.HH., conformidad o disconformidad, presiones, etc., chao al yo soy de izquierda, derecha o de marte, chao a todo; pero, ¿por qué?, porque somos casi nada y quien manda en definitiva es la naturaleza, nuestro origen y como vemos todo yace subyugado cual obediente ciervo a ella, obviamente las razas humanas, líderes, presidentes, tiranos, no tiranos, políticos, usted, yo; todos.
Profunda lección que entrega a la especie humana, en general arrogante y depredadora pero débil en determinadas circunstancias como un bicharraco, afortunadamente provista de tesón y fuerza; además ostentosa de su ciencia en quien ahora deberíamos confiar la esperanza y quizás desprovista de más humildad y filosofía; la misma que se tilda de ser la más "inteligente". Pero la madre natura nos señala con una cachetada tal vez bien merecida, nuestro error.
No somos semidioses, solo frágiles aunque soberbios seres de la naturaleza a quien insistimos en extorsionar y sobrepasar reiteradamente. Aprovechemos, pensemos e intentemos aprender algo de esta crisis planetaria.
José M. Caerols S.