Seguro Automotriz
Considero de toda justicia que las aseguradoras devuelvan el dinero de marzo y abril a los clientes que han pagado los seguros automotrices, dado que no hay posibilidad de usar vehículos. Pero una cosa más: no nos digan que por razones administrativas no se puede implementar una medida que parece lógica. Los tiempos no están para ese tipo de respuestas.
René Araneda A.
Entre la espada y la pared
La pandemia covid-19 es el dilema epidemiológico más complejo de nuestra historia reciente, por lo inesperado de su aparición, la debilidad institucional del país como consecuencia del "estallido social", la rapidez de su avance, el desconocimiento de su naturaleza biológica y las limitaciones de las medidas disponibles.
Las autoridades se ven enfrentadas a tomar decisiones muy trascendentales sin certeza sobre su eficacia y presionados por la legítima angustia de la ciudadanía, y muy particularmente por políticos que han visto oportunidades para priorizar sus agendas. Esta situación ha generado instancias de confusión, contradicciones y algunos errores.
Ejemplo de esto es el debate acerca de la oportunidad e intensidad de la cuarentena. Alcaldes y parlamentarios parecen competir por las cámaras con propuestas apasionadas, que no tienen evidencia de eficacia y minimizando los problemas prácticos de implementarlas en aspectos sanitarios o de alimentación, entre otros. Otro ejemplo lamentable es la mezquindad en el debate de arriendo del Espacio Riesco como hospital.
Es más, incluso algunos acusan debilidad bajo un supuesto interés por "proteger la economía". Bien vale saber que ambos componentes simultáneos plantean enormes dilemas al momento de la toma de decisiones que pueden acompañarnos por meses o años.
Entonces, ¿cuál debería ser nuestra actitud? Colaborar lealmente con las autoridades sin dejar de señalar claramente mejores alternativas o errores, minimizando el riesgo "que el remedio sea peor que la enfermedad".
Esta podría ser una oportunidad excepcional para replantearnos nuestro estilo de vida, actitud ante el trabajo, familia, dinero, lujos, placeres, y muy especialmente de la legitimidad y uso del poder, y su responsabilidad de estar al servicio de los demás.
Manuel José Irarrázaval, U. San Sebastián
¡A la playa en helicóptero!
Las últimas cifras dicen que en el mundo han fallecido 100 mil personas por el covid-19 y los contagiados ya suman un millón y medio, por lo que resulta increíble que hoy existan compatriotas que no se tomen en serio lo que está pasando, y violen las cuarentenas, no ocupen mascarillas, y los más extraviados, por decirlo de alguna forma acorde a la RAE, simplemente se toman su helicóptero o avioneta y a la playa se ha dicho, para salvar los controles carreteros.
La primera conclusión que surge es que se deben querer bastante poco, ellos mismos y a sus familias, el tema es que con sus "escapaditas tan llenas de adrenalina", no solo ponen en riesgo a los suyos, lo que al parecer, no les preocupa mucho, sino que también a terceros, que sí le están haciendo la pega difícil al covid 19 a lo largo de todo Chile, cumpliendo a cabalidad las instrucciones de las autoridades, haciendo rigurosas cuarentenas, por lo que se les deben aplicar todos los cargos que permiten las leyes en estos graves estados por crisis sanitaria y como una medida mínima de reparar la grave falta en la que incurrieron, deberían disponer sus helicópteros, avionetas, etcétera, para trasladar contagiados graves de lugares lejanos a centros hospitalarios más especializados.
Resulta incomprensible que deban salir las autoridades a reprender, como verdaderos niños porfiados, a los que no se rigen por las reglas dictadas, lo que corresponde es que de una vez, la justicia amparada en las leyes existentes, haga lo suyo, estas "avivadas", tan comunes por los que siempre encuentran y explotan "los vacíos legales", que serían largos de enumerar, como pagar de menos impuestos, evadir un control, la colusión, la corrupción, amiguismo, el cuoteo, uso y abuso de información privilegiada, el mentado "pituto", por nombrar solo algunos. La gran diferencia es que en este caso, el burlar las cuarentenas, viajando en helicóptero a la segunda casa en la playa, no es una simple "avivada de un finde", es ni más ni menos, de vida o muerte y, lo peor de todo, para chilenos que ni siquiera conocen pero que tienen todo el derecho de que se les respete su calidad de vida y la de sus familias y de sobremanera cuando están cumpliendo a cabalidad todas las instrucciones de las autoridades competentes al respecto.
Raya para la suma, solamente cuidándonos unos a otros lograremos superar esta pandemia, respetar al prójimo como a uno mismo, no haciendo a otro lo que no nos agradaría que nos hicieran. No se debe permitir que por las imbecilidades de unos pocos, sean muchísimos los perjudicados.
Entremos en razón.
Luis Enrique Soler Milla