Cuando pase la pandemia, muchas cosas deberán cambiar, partiendo por la propia Organización Mundial de la Salud, OMS. Naciones como Estados Unidos, el Reino Unido, Japón, Rusia, Francia, Alemania, Australia, entre otras, han hecho públicos serios reparos a la OMS por incumplir su responsabilidad de prevenir esta pandemia y por los miles de personas muertas a causa de ello. Nadie duda que la organización cuenta con valiosos especialistas, por lo que los dardos apuntan a Tedros Adhanom, su director general, al no decretar emergencia mundial a tiempo y por intentar desvincular a China del grave problema . Así, se señala que el 14 de enero 2020 la OMS, basándose en estudios de China, afirmaba que no habían temores de contagio del virus. Aunque cada día era clave, su director en Ginebra nuevamente se negó a declararla como emergencia mundial al opinar que "todavía no hay razones para una emergencia sanitaria". Recién, el 24 de enero con 2.000 contagiados en el mundo y 1.900 de ellos en China, reconoció el error. Era ya demasiado tarde. Igual viajó a China y elogió las medidas de ese gobierno para detener la pandemia ya declarada.
Necesario es decir que, por primera vez en su historia, la OMS es dirigida por una persona ajena a la profesión médica. Tedros Adhanom fue elegido por la asamblea con el fuerte apoyo de China, países africanos y también por la administración de Barak Obama, entre otros. En su trayectoria figuraba haber sido ministro de Salud de Etiopía, una nación con un gobierno considerado, junto con Cuba, dentro de los 5 más autoritarios del mundo. Es decir, antecedentes para nada impecables como exige tan elevado cargo.
Por lo mismo, los dardos vienen duros al sumarse los reclamos por onerosos sueldos, el no pago de impuestos, vacaciones y traslados pagados en primera clase, viáticos, coches de lujo y jubilaciones excesivas en que incurre la OMS con sus 8.000 funcionarios, según se ha sabido últimamente. Por ello, Estados Unidos ya anunció el cese de su aporte a la OMS que bordea los 890 millones de dólares anuales, una parte importante de los 5.600 millones de dólares del presupuesto anual. En suma, algo importante deberá suceder si se quiere recuperar un factor básico: la confianza.
René Araneda A.
director Instituto de
Ideas Republicanas Araucanía