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Mirada perdida en el contexto online
"¿Se escucha?, ¡sí profe, se escucha!, ¿ven bien la presentación que compartí?", han sido frases muy repetidas en el actual contexto de pandemia, específicamente, en la educación online.
En esta nueva modalidad de docencia a través de plataformas digitales, también se ha vuelto recurrente ver situaciones que restringen la interacción entre estudiantes y profesor: pantallas en negro, micrófonos apagados, entre otras.
Al principio de esta modalidad, estas frases y situaciones se podían entender en la adecuación a la forma emergente de impartir docencia, pero con los días se fue configurando en un escenario repetitivo, habitual e incluso incómodo, aunque en ningún caso generalizable.
Pero, ¿por qué la mayoría de las dinámicas comunicacionales de clases online están ausentes de vista en cámara?, o en simple, ¿por qué evitamos mostrarnos o mirarnos?
En algunos casos, se puede entender que las condiciones de espacios o infraestructura convengan la opción de no mostrarse. Pero ¿qué ocurre con aquellos que pueden mostrarse y con ello mirarse en una comunicación digital, no obstante, lo evitan?
Situaciones como estas dejan no solo a los docentes, sino también a los alumnos y a los procesos formativos, sumidos en una comunicación distópica, con ribetes ficticios, sin certezas de bidireccionalidad comunicativa, como hablando sin lenguaje a un espacio-pantalla, un cuadro inerte, con solo nombres o imágenes, a sabiendas que el botón "record" avala el tiempo transcurrido.
¿Entonces, cómo resignificamos y recuperamos la mirada online en el contexto educativo?
Debiésemos recordar y cultivar que un signo de respeto es mirar a quien nos habla, que el mirar también permite acompañar, contener, que mirarnos también emociona.
Finalmente, no extraviemos el sentido que escucharnos, respetarnos, mirarnos, es parte del tratarnos.
Boris Cajas Luna, académico Psicología UDLA Viña del Mar, doctor en Educación
La donación de sangre en los tiempos de pandemia
La sangre es vital. Es la encargada de llevar nutrientes esenciales a todos los órganos del cuerpo, por lo que el acceso oportuno a la transfusión de sangre es una medida para salvar vidas en diversas situaciones clínicas, necesaria para prevenir enfermedades graves en pacientes que sufren traumatismos, accidentes de tránsito, complicaciones relacionadas con el recién nacido, entre otras.
En el mundo se recogen anualmente más de 88 millones de unidades de sangre de todas las fuentes, siendo insuficientes para la población mundial de más de 7 mil millones de habitantes, la cual requiere de 150 millones de unidades anuales. Algunos de los países que tienen mayores tasas de donantes voluntarios cada 1.000 habitantes son Suiza con -113 / 1000, Japón con -70 / 1000, mientras que para Chile es solo de 17/1000 (siendo la meta de 20 por cada 1000).
Hoy se debe hacer énfasis en un punto que ha llegado a complicar mucho más la donación voluntaria de sangre: el efecto que ha generado el covid-19 en la tasa de donantes ha sido importante, reportando en algunos centros de salud de Chile una reducción de más del 60% de las donaciones voluntarias, lo cual generaría una merma mayor en el stock de componentes en los centros de sangre del país.
Actualmente, la transfusión de sangre ha aumentado producto de ser un tratamiento para ciertas complicaciones derivadas de la infección por coronavirus, como lo son los trastornos hemostáticos. Por lo que se hace aún más importante poder incentivar de manera activa el llamado a donar, tomando los centros de salud las medidas necesarias para que su donación sea segura en tiempos de pandemia. Así también tanto los organismos públicos como privados han adoptado diversas estrategias para promover la donación, siendo aún insuficiente.
Para poder subsanar esta tendencia a la baja y no solo pensando en la situación sanitaria de Chile y del mundo, es que se propone generar cultura de donación de sangre desde la etapa escolar. Si bien la donación se puede realizar desde los 18 años, es fundamental generar la conciencia de su importancia y aporte a la salud del país desde las etapas primarias de la educación. Es así como existen iniciativas que realizan una concientización desde los colegios mediante diferentes técnicas educativas.
Tenemos que generar un cambio del entendimiento de la donación: hoy los donantes debemos entender que, si bien es una acción altruista, la donación de sangre también puede generar efectos benéficos en el donante, como los efectos fisiológicos que provoca a quienes donan constantemente.
El punto para aumentar la tasa de donación no pasa necesariamente por la infraestructura si no por la cultura y concientización de la población en etapas tempranas. En este sentido, es que Duoc UC en conjunto con un sólido trabajo con organismos públicos y privados ha organizado campañas dentro de la institución, generando espacios de donación efectiva y concientización hacia la comunidad.
José Miguel Erpel, subdirector Área Clínica Escuela de Salud de Duoc UC