Llegan con canastas de alimentos a los sectores aislados de Lonquimay
JUNAEB. Este proceso ha podido ser llevado a cabo gracias al trabajo coordinado con manipuladoras de alimentos, comunidades educativas, empresas proveedoras, alcaldes, funcionarios públicos y las Fuerzas Armadas.
Acumulación de nieve, zonas aisladas y caminos intransitables dejaron las fuertes nevadas de las últimas semanas en Lonquimay. Pese a ello, Junaeb inició esta semana la sexta entrega de canastas individuales de alimentación escolar en esta cordillerana comuna.
Precisamente, una situación extrema se vive en la comunidad de Quinquén, distante 54 kilómetros de Lonquimay, donde Junaeb llegó para entregar alimentación escolar al único alumno de la escuela que recibe el beneficio, una labor complicada ya que para que el alumno reciba su canasta, Sebastián Torres, el auxiliar de la escuela, debe recorrer caminando 5 kilómetros hasta la casa del niño, que se encuentra aislada. "La gente de acá, que vive en la zona extrema en la cordillera, estudia en esta escuela y el estudiante está muy contento, los papás sobretodo. En este invierno no hay entrada, no hay trabajo por la pandemia que hay", dijo.
Audilia Torres es la manipuladora de alimentos de esta escuela hace 3 años y es la encargada de recibir los alimentos para preparar la canastas del único alumno de este establecimiento que recibe el beneficio. Ella señala que es muy sacrificado el trabajo en esta época, ya que se cortan los caminos productos de las fuertes nevadas, lo que dificulta la llegada al lugar de trabajo, "pero estoy contenta de poder apoyar a los niños, la familia está feliz, está muy agradecida, sobre todo con lo que está pasando con la pandemia, así que les viene súper bien".
Otra de las localidades que se ha visto afectada por las fuertes nevazones es Galletué. Aquí se encuentra la escuela particular N° 4, donde 32 escolares reciben alimentación. Muchos de ellos se encuentran aislados y es el profesor y director del establecimiento, Juan Segura, junto a la profesora Dina Torres, quienes visitan constantemente a los alumnos para asegurarse que reciban su alimentación y revisar cuadernos y trabajos, además de dejarles las tareas para la semana, porque aquí no hay clases online, la cobertura es casi nula.
"Cuando llegamos con las canastas realmente somos muy bien recibidos y están todos muy felices. Yo creo que esto es una tremenda ayuda, porque si no fuera así, sería bastante crítica la situación", comentó segura.