Correo
Huelga de hambre de Celestino
Con que indignación observo que otra vez el condenado asesino señor Córdova, con la venia de su red de protección y propaganda, ha iniciado otra famosa huelga de hambre, acompañada de mas atentados y amenazas. Y obsérvese su petición: quiere cumplir la pena ante su rehue, lo cual es idéntico a que algún otro condenado exigiera cumplir su pena en su iglesia, o regimiento, sabiendo que la condena le quita obviamente del cargo y la autoridad religiosa o militar que tenía.
Se han plegado otros delincuentes de la izquierda radical mapuche, buscando que otra vez caiga la autoridad y les dé regalías y beneficios que no proceden ni merecen. Cada uno de los presos están allí por ser declarados un peligro para la sociedad o condenados derechamente por crímenes horribles, en justo proceso por nuestros Tribunales de Justicia.
Todos ellos cuentan y contaron con la mejor defensa jurídica, a un alto costo y sin escatimar en pruebas ni recursos. Además, su actuar es acompañado de una gran organización, muchos teléfonos, filmadores, tecnología, en que sus aliados marchan, gritan y rasgan vestiduras.
Córdova incluso, cual príncipe, se expresa a través de vocero, porque el jamás habla, no se le conoce su voz, su pensamiento. Todo es un "montaje" falso total. Baste acordarse de la vez anterior que Córdova estuvo en huelga de hambre: mas de 92 días. Después que pasó, nadie mas habló de él ni de su salud.
Firmemente en Chile somos todos iguales y las condenas se deben cumplir, tal como fue sentenciado, sin privilegios. Los ataques y amenazas de sus adherentes constituyen nuevos delitos y deben ser investigados y castigados. Pienso yo y pregunto: ¿puede ser "machi" un condenado por doble y cruelísimo asesinato?, ¿qué clase de autoridad puede tener alguien así?, ¿no hay algún consejo de machis o de ancianos que se pronuncie al respecto?
George Thomas Doettingen
La muerte de Ámbar
Hemos sido testigos en este último par de días de la justificada y masiva indignación, originada en la tragedia ocurrida con la muerte de la niña Ámbar Cornejo (QEPD). Es por ello que no puedo dejar de expresar mi más sentida opinión como ciudadano y, de forma especial, en mi condición de padre de dos hijas, a las cuales si algún miserable hiciera algo incorrecto con alguna de ellas, lo esperaría a la salida del Tribunal para hacerle cumplir la justicia que se merece.
Lo que me extraña y que no puedo dejar de mencionar, es que no haya una palabra de rechazo a quienes, según mi opinión, son los verdaderos y únicos culpables de todo ello, los parlamentarios. Ellos hicieron las leyes que nos rigen y por la cuales el Estado de nuestro país cumple su vida diaria, en todos sus estamentos.
Delincuentes que demoran más en ser detenidos que en conseguir su libertad. ¿Por qué ocurre ello?: La ley se los permite. Podremos concordar en que hay jueces que ejercen su tarea, con un criterio que no pasa de un dedo, en posición horizontal, pero su justificación desgraciadamente se sostiene en que la ley se los permite. ¿Quiénes somos también responsables de todo ello? Cada uno de los nosotros por el silencio que guardamos.
El recuerdo del crimen de Ámbar nos durará un par de semanas más, luego, y como siempre ocurre, todo quedará en el olvido. Qué pena más grande. Invito a que encaremos con fuerza a senadores y diputados y enrostrémosle en su cara nuestra indignación por la responsabilidad que les compete en este crimen y en la delincuencia que hoy nos tiene acorralados. De lo contrario dentro de un par de semanas todo será un mero episodio de vida del cual ya ni recordaremos.
Alejandro Carrasco Arévalo
Chile "raptado por la amígdala"
"El rapto de la amígdala" es el término usado por el psicoterapeuta Daniel Goleman, para referirse al efecto paralizador que puede producir esa glándula en el cerebro, cuando el ser humano se enfrenta a una situación amenazadora; por ejemplo, cuando a un vehículo se le cortan los frenos y su conductor es incapaz de girar el volante mientras se dirige al precipicio.
Chile está "raptado por la amígdala", inmerso en una crisis política, económica, sanitaria y principalmente moral, que está afectando severamente la convivencia nacional pero los actores políticos responsables de imponer el Estado de Derecho, lograr acuerdos y disminuir la polarización que han creado para así encontrar las salidas, son incapaces de cambiar su comportamiento, mientras como país nos dirigimos directo al despeñadero.
Enrique Alvayay Castro
Fe de erratas
Por un error involuntario, al final del cuarto párrafo del texto correspondiente a la exintendenta Nora Barrientos, que va en la página 4 del Cuerpo de Reportajes que salió publicado el domingo 9 de agosto, dice "militarización" cuando debería decir "desmilitarización".
El Austral