Correo
Nacimientos en Temuco
Me pregunto cómo explica la Seremi de Salud la discriminación que se está viviendo en Temuco en tiempos de covid -19 con relación a los partos.
Los bebés que nacen en clínicas privadas, como por ejemplo la Clínica Alemana, pueden contar con la presencia del padre en el parto. Además, el padre puede acompañar a la madre y al bebé.
Para el ciudadano de menos recursos, es bien diferente la historia. Mujeres que dan a luz en el Hospital Regional de Temuco son obligadas a parir en completa soledad, mientras el padre debe quedarse encerrado en casa con total angustia, sabiendo que le ha sido negada toda posibilidad de estar presente en el inicio de vida de sus hijos y estar junto a su compañera, en total oposición a lo que el programa Chile Crece Contigo promueve.
En Temuco no se ve la importancia de humanizar el parto, no se ve la importancia de un parto respetado, amoroso, en que ambos padres puedan ser protagonistas, de que el padre genere un vínculo y lazos amorosos con el bebé. Se ve al padre como proveedor y no como un padre amoroso que pueda sentir y querer estar presente en el nacimiento de sus hijos. Luego pedimos padres involucrados en la crianza de los hijos, cuando se les ha apartado desde un comienzo.
Me pregunto qué pasa además con el apoyo del padre a la madre, la posibilidad de la madre de recibir un abrazo, un beso. Toda mamá necesita a su compañero al lado, no solamente aquellas con dinero. Esta sociedad sigue tratando al pobre como ciudadano de segunda categoría.
¿Es el daño colateral a la sociedad peor que el mismo virus? Si quisieran parar el covid-19, cerrarían centros comerciales. No creo que este daño a la familia se justifique.
Evelyn Sandy Prieto Ili
Constitución
Algunos, no precisamente los que gritan que votarán Apruebo por mil razones sino los que están más silenciosos, no buscan una mejor constitución sino una que los acerque al poder, de ser posible al poder total y cuasi indefinido (China, Rusia, y un corto etcétera).
Chile está en una recesión brutal por la pandemia, pero no pueden desaprovechar ese gran logro que fue para ellos la hoja en blanco. Por eso, no les importa que millones de desempleados tengan que vivir la crispación política y la incertidumbre que los tendrá por años con los estómagos en blanco.
José Luis Hernández Vidal
Desarrollo
Los historiadores del futuro que evalúen nuestra economía durante la primera parte del siglo XXI, tendrán en una reciente columna de Sebastián Edwards una fuente insoslayable.
En ella, el economista residente en Estados Unidos echa por tierra la idea de implementar una política industrial activa que elija "ganadores nacionales". No obstante, Edwards subraya la necesidad de aumentar la complejidad económica de nuestra estructura productiva. De esta forma, el autor propone mejorar la educación en todos los niveles, especialmente en el técnico-profesional y desarrollar nichos asociados a nuestros recursos naturales, o nichos intensivos en informática e inteligencia artificial.
Efectivamente, una revolución educacional de siglo XXI pudiese tener un impacto más profundo en nuestro desarrollo socioeconómico que un cambio constitucional con tintes refundacionales. Políticas de desarrollo productivo, reconversión tecnológica o reconfiguraciones educativo-laborales son expresiones que brillan por su ausencia en el actual debate, lo que revela una paradoja: todas ellas son genuinas y consensuadas alternativas para saltar al desarrollo, es decir, ese sueño de convertirnos en una nación de clase media con alto estándar de vida.
Camilo Barría-Rodríguez
¿Nueva Constitución?, No gracias
Como jóvenes, creemos que puede ofrecerse una alternativa rápida y real al beneficio de todo Chile.
Nos gustaría que la gente del Apruebo nos dijera qué es lo que quieren aprobar, porque el Rechazo ya tiene una propuesta.
Por otro lado, no estamos dispuestos a abrir la ventana del patio para que exparlamentarios, exautoridades o para que futuros candidatos utilicen un rol de "constituyentes" al beneficio de sus carreras políticas. Necesitamos renovación en la política, no el retorno de quienes estuvieron en el poder por años y no hicieron nada.
Queremos cambios ahora, el camino del Apruebo es lento, largo, tedioso e inseguro, que muchas veces no va a tener relación con las reformas sociales que Chile necesita hoy y no en 2 años más.
Rechazar no es oponerse a los cambios, es querer hacerlos de forma segura.
Damián Ancatén Jofré