Correo
PDI y franja electoral
En esta época marcada por el descrédito y la desconfianza a las instituciones y el cuestionamiento recurrente hacia las autoridades; como exdirectores generales de carrera de la PDI, coincidimos con la posición institucional y del actual director general, don Héctor Espinosa Valenzuela, rechazando la utilización no autorizada del logo institucional en la actual franja electoral, ya que ello constituye una intromisión en una organización permanente del Estado no deliberante, que se autoimpuso como su bien más preciado, la "credibilidad ciudadana" y la "transparencia", lo que ha sido valorado por la ciudadanía.
Su misión fundamental es la búsqueda de la verdad criminalística, con total independencia de la importancia o influencia política, social o económica de quienes pudieran estar implicados en los hechos que investiga.
Por ello, resulta primordial que pueda seguir funcionando con la misma doctrina, oportunidad e imparcialidad y no se genere confusión en la ciudadanía, dañando la imagen construida con mucho esfuerzo, trabajo y servicio público, que le han posibilitado su profesional contribución al desarrollo integral de nuestro país.
Nelson Mery Figueroa, Arturo Herrera Verdugo, Marcos Vásquez Meza exdirectores generales PDI
Negociación y estallidos
En el tema "Propuestas por Expertos en Seguridad Pública" (El Mercurio 5.3.20), resulta interesante conocer "¿cómo se frena la violencia en las calles?". Diríase que, entre éstas, es valiosa la del profesor Sergio Salinas de UCH, esto es, los cinco principios observados al respecto en Suecia: "negociación, mediación, proposición, comunicación y percepción".
Creo que, en el vaso de Chile, operarían aquí algunos de esos principios, apelando a la conciencia de que los procesos sociales son de por sí lentos, sin dejar de reconocer que hay un notable progreso entre nuestro Bicentenario, 1810 - 2020. No es juicioso plantar y replantar un árbol para apurar su crecimiento. Claro, es deseable superar la desigualdad social para llegar a ser, por ejemplo, como Suiza; pero ésta tiene siglos de Constituciones democráticas garantizadas por la fuerza, unidad sociológica y estabilidad política.
Asimismo, creo que, por vía de negociación y proposición, se podría detectar e identificar a posibles instigadores de huelgas, revoluciones y estallidos sociales que, tal vez, se encuentren operando desde el mismo Poder Legislativo, azuzando contra la Constitución del 80 por antidemocrática, pero están allí elegidos por el pueblo y tienen iguales honorarios millonarios, sin descuento alguno por ser vociferantes contra la democracia en acción.
Sorprende la histórica "gran huelga por un mes" de mayo de 1968, en Francia. Ésta realmente estaba inspirada por el comunismo marxista y los éxitos de la entonces triunfante Unión Soviética. Causaba división ideológica hasta entre grandes académicos de la Sorbona: Raymund Aron sostenía que "el hombre es razonable, los hombres (en multitud) no son razonables". Jean Paul Sartre, decía "los anticomunistas son unos perros". (Op. cit. Junio 2002). ¿Qué diría hoy el gran filósofo al ver derrumbado su ídolo? ¿Y no es fanatismo hoy, por decir lo menos, intrigar estallidos sociales aun viendo ese mismo ídolo derrumbado?
Sergio Liempi Marín
Mala decisión
Cuatro carabineros que investigaban un delito tuvieron que refugiarse en un cerro y los dos vehículos policiales en que se movilizaban resultaron quemados. ¿En qué quedó aquello que el Estado tiene el monopolio de la fuerza? Parece que en estas zonas es al revés: los carabineros escondidos y los montoneros amos y señores.
Lo anterior demuestra que a grupos organizados, entrenados y fuertemente armados hay que oponerles al menos una fuerza equivalente.
Es básico entender que estos grupos violentistas lo quieren todo, nunca serán suficientes las soluciones políticas y económicas. Por eso, independientemente de esas soluciones, la derrota militar de los violentos es insustituible. Basta recordar que en Colombia las FARC dejaron las armas solo ante la inminente derrota militar.
Pero, ¿cuándo fue que el Estado entregó el monopolio de la fuerza? Un hito fundamental fue la eliminación del imprescindible, pero mal bautizado, Comando Jungla.
En ese momento, los políticos responsables quedaron satisfechos con la medida, pero la lectura correcta era que el Estado se rendía incondicionalmente en La Araucanía. Las consecuencias de esa mala decisión se han venido haciendo cada vez más visibles: ahora sencillamente los habitantes de La Araucanía que trabajan y viven como víctimas de la violencia y la extorsión en esos territorios saben que no pueden esperar justicia, están secuestrados por los violentistas. Hubo un evidente fortalecimiento de una montonera armada que siembra el terror como nunca antes en la zona.
Los habitantes y trabajadores de la zona tienen el mismo derecho que todos los chilenos a vivir en paz el mismo derecho de las autoridades que viven y trabajan relajadamente en Santiago.José Luis Hernández Vidal