Contratistas forestales: "Trabajamos con miedo de que nos maten a cualquier hora"
DECLARACIONES. Asociación de empresarios del rubro dice que choferes, operarios y profesionales tienen "más temor que antes" tras el crimen de Pedro Cabrera.
"Hoy en día, un trabajador forestal sale de su casa y no sabe si en la tarde va a volver sano y vivo, porque sabe que lo pueden asesinar o le puede llegar un balazo solamente por estar trabajando donde tiene trabajo".
Así de crudo es el día a día que dicen estar viviendo los trabajadores de empresas prestadoras de servicios forestales en la Región de La Araucanía, manifestándose preocupados por la inusitada violencia que los grupos organizados están mostrando en contra de quienes laboran en las faenas en las que queman las máquinas.
El gerente de la Asociación de Contratistas Forestales (Acoforag), René Muñoz, asegura que el asesinato de Pedro Cabrera Benavides (49), perpetrado por desconocidos durante la tarde del sábado, solo les hizo acrecentar el temor cotidiano que enfrentan al trabajar en zonas donde a veces no hay señal telefónica y la protección policial es escasa.
"Hay mucho miedo por estos días en las faenas, porque básicamente todo el día el personal está con el temor de que los pueden balear a cualquier hora del día. El balazo que le quitó la vida a don Pedro podría llegar de nuevo a cualquier chofer de un camión, operario de una máquina o trabajador forestal", lamentó Muñoz en conversación con El Austral.
Desamparados
Las faenas de cosecha de plantaciones de pinos y eucaliptus son, constantemente, blancos de incendio por parte de encapuchados que queman las máquinas, dejándolas inutilizables.
El más reciente ataque incendiario ocurrió durante la mañana de ayer, entre Purén y Contulmo (ver nota lateral). Sin embargo, la mayor preocupación para los contratistas forestales es la afectación psicológica que los trabajadores están enfrentando, silenciosamente, al tener que trabajar en un clima hostil.
"Los trabajadores suben a sus furgones de traslado y saben que cualquier día serán obligados a bajar por encapuchados que los apuntarán con armas de grueso calibre, o bien, que robarán el minibús con ellos arriba y los dejarán tirados, da impotencia", advirtió René Muñoz.
"Nos sentimos desamparados y hay que hacer "de tripas corazón", como se dice, para seguir produciendo sin tener la seguridad garantizada", finalizó el dirigente gremial.
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"Hoy en día un trabajador se sube a su camión o un operario se sube al furgón de transporte, y va con el miedo de si va a volver sano o le van a quemar sus herramientas de trabajo, o le van a apuntar o a disparar".
René Muñoz,, gerente de Acoforag