Un país que envejece
Es claro que la esperanza de vida ha aumentado, haciendo que Chile se convierta en el segundo país más longevo de Sudamérica. Parte importante de los gastos de los más adultos se concentran en la salud, no solo en consultas, sino que también en compra de medicamentos.
Nuestro país envejece a pasos agigantados y no parece estar muy preparado para enfrentar en buena forma una realidad tan compleja. Hay que resolver la falta de inclusión, las bajas pensiones, el olvido social y hasta familiar, como también las enfermedades asociadas a los años que se transforman en una serie de problemas con los que deben lidiar las personas de avanzada edad. Es claro que la esperanza de vida ha aumentado, haciendo que Chile se convierta en el segundo país más longevo de Sudamérica. Sin embargo, esta realidad no ha sido asumida por la sociedad y el Estado en términos prácticos y especialmente útiles para los mayores.
Estudios de la Universidad San Sebastián y Equifax muestran que los adultos de 70 años y más alcanzan alrededor del 25% del total de morosos, experimentando el mayor crecimiento de los últimos años. De acuerdo a la Superintendencia de Pensiones, la jubilación promedio del segmento llega a los 197 mil pesos, lo que hace más preocupante el horizonte. Parte importante de los gastos de los más adultos se concentran en la salud, no solo en consultas, sino que también en compra de medicamentos, tratamientos y hospitalizaciones, debido a problemas propios de la edad. El aumento en la esperanza de vida ha traído también como consecuencia un mayor gasto en atenciones médicas para hacer frente a enfermedades crónicas, y el consumo constante de fármacos.
Es indudable que hay un problema muy importante que no solo se va a resolver con cambios en el marco legislativo, sino que también en la medida que los seguros de salud se atrevan a empezar a cubrir parte de los gastos en fármacos, porque este impacto es más significativo entre los adultos mayores, que tienen ingresos deprimidos, como consecuencia de las pensiones escuálidas.
Hay que preguntarse en qué condiciones se llega a la vejez en Chile. Es fundamental hacer que los "años dorados" sean tales, con una vejez activa, que comprende el bienestar, la salud integral, participación en todas las áreas, con legislación y políticas que protejan a ese segmento.