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Los grandes retos del mundo empresarial
Hoy las empresas juegan un rol decisivo en promover y respetar los Derechos Humanos de sus colaboradores, colaboradoras, clientes, contratistas, proveedores y las comunidades con que se relacionan; derechos que son fundamentales para la calidad de vida de todos quienes integran la cadena de valor de una compañía.
Esta visión es ratificada con una noticia que da una clara señal de lo que se viene para todas las compañías del mundo: 26 empresas y organizaciones - entre ellas Adidas, Unilever, Nestlé, ABN-Amro - firmaron una declaración conjunta para impulsar que se legisle para hacer obligatoria la Debida Diligencia en Derechos Humanos y Medio ambiente en la Unión Europea (UE).
Pero ¿cómo llevamos adelante esta práctica? ¿las empresas están realmente al tanto de su situación y de su cadena de valor en materia de Derechos Humanos y Medio Ambiente?
Aún existe un gran número de compañías que desconoce todos sus riesgos de afectación para con los Derechos Humanos y el Medio Ambiente, lo que puede dañarles seriamente. Pero estos riesgos sí se pueden prevenir ¿cómo? a través del uso de herramientas diseñadas para detectar riesgos de afectación, verificar, hacer seguimiento y corregir los procesos internos de una compañía, que es justamente lo que se logra al aplicar de manera sistemática un mecanismo de Debida Diligencia.
Aplicar la Debida Diligencia en DDHH permite conocer la real situación de la compañía, a través de una mirada profunda y transversal. Así, se pueden detectar y gestionar a tiempo las consecuencias negativas- reales y potenciales- que conlleva no respetar los DDHH, poniendo en acción medidas para adoptar, prevenir, mitigar y reparar estas consecuencias.
Lo mismo pasa en materia Medioambiental, ya que la Debida Diligencia, permite a las empresas detectar los riesgos ambientales de su operación o de un determinado proyecto o acción, incluso en materias que van más allá de lo normado en Chile, lo que ayuda proactivamente a definir planes a la medida para reducir este tipo de riesgos y evitar consecuencias negativas, tanto para la compañía, su cadena de valor y el planeta.
Por esto, hoy más que nunca, es imprescindible visibilizar los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Empresas, promulgados por dicha entidad en 2011 y que establecen que todas las compañías tienen la obligación y responsabilidad de respetar los DDHH y hacer frente a las consecuencias negativas en las que tengan alguna participación.
Vilma Pérez, consultora sénior en sostenibilidad Arcadis Chile
El Día Mundial de la Salud Mental
El pasado 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, se conmemoró este 2020 con grandes retos y en circunstancias que, como personas, instituciones, familias y sociedad, nos han desafiado. El hacer frente a esta pandemia del covid-19 nos ha impuesto no solo retos en lo humanitario, sino principalmente en salud y, sobre todo, en el ámbito de la salud mental.
Y es que, si bien hemos podido ir avanzando, lo cierto es que, enfrentados al teletrabajo, a la virtualización de la docencia, a clases remotas, persiste un escaso contacto con nuestros seres queridos, con los profesores, compañeros, colegas, etc. Nos vemos desafiados, entonces, a desplegar todos nuestros recursos, humanos y tecnológicos, para adaptarnos y enfrentar esta realidad de la mejor manera posible.
Sin embargo, vemos, llenos de ansiedad, que por delante nos espera un futuro que es incierto, cambiante y que amenaza a todos y todas por igual, siendo los más vulnerables los que han nacido, viven y conviven en entornos más frágiles y vulnerables. Es ahí donde se necesita que aquellos más fuertes o con más posibilidades recuerden que no por estar aislados y por dejar de ver lo que ocurre más allá, se está eximido de la responsabilidad social.
Las consecuencias de esta pandemia ya las estamos viviendo, por el fallecimiento de algún ser querido o familiar, por la cotidianidad de aquellos que deben ir a trabajar y exponerse a diario, por los que no cuentan con las condiciones para autoconfinarse dignamente o aquellos que, ya estando aislados y excluidos de la sociedad, deben estar aún más solos que antes, al no poder recibir visitas.
En periodos de emergencia y catástrofe como la que estamos viviendo es cuando se ve la fragilidad de los sistemas y por lo mismo el lema y la campaña del día mundial de la Salud Mental de este año es el incremento de recursos e inversión a favor de la salud mental. Pero esto no es algo que deba provenir solamente de los gobiernos y de las grandes corporaciones, sino donde cada uno debe intentar aportar desde su quehacer. ¿Qué recursos estás dispuesto tú a poner a disposición?
Ximena Fernández Vicente, directora Psicología U. Andrés Bello sede Concepción