Dueño del fundo en que fue asesinado trabajador: "Esto es narcoterrorismo"
DECLARACIONES. Hoy se cumplen 20 días del crimen del tractorista de Collipulli.
El 3 de octubre recién pasado, el fundo Agua Buena se convirtió en escenario de un crimen. Era un sábado por la tarde y las labores agrícolas ya habían finalizado cuando un grupo de encapuchados interceptó un furgón de transporte de personal y abrió fuego con armas de grueso calibre. Un disparo de fusil, calibre 7.57, le llegó en el rostro a Pedro Cabrera Benavides (49 años), padre de dos hijos que murió unas horas después.
Pedro Nickelsen Dessy es gerente de la Agrícola La Selva, que administra y explota el fundo ubicado a 16 kilómetros de Collipull, por el camino San Andrés. Con voz preocupada, asegura que quienes cometieron el ataque -en el que su trabajador fue asesinado- son "terroristas narcotraficantes" que "se aprovechan de la causa mapuche para usar este territorio para hacer sus negocios ilegales y no tienen nada que ver con el pueblo mapuche, su cultura y convicciones".
"Esto es narcoterrorismo. Aquí está ocurriendo que personas usan la excusa del conflicto mapuche para hacer desorden y hacerse con el territorio para traficar armas, drogas y dinero sucio. Son los mismos que cobraban peaje para sacar camiones con carga los que ahora se roban los vehículos y los desarman, o tienen droga y la venden en lugares en donde la policía no puede entrar", sostiene Nickelsen.
Peligro en el campo
El fundo Agua Buena es un predio de cinco mil hectáreas ubicado a 16 kilómetros desde Collipulli hacia la cordillera. Desde el año 1933, es de propiedad de la familia Nickelsen, colonos que al llegar levantaron una empresa agrícola y frutícola en los terrenos.
Pedro Nickelsen recuerda que el día en que ocurrió el asesinato de Pedro Cabrera, las labores habían terminado a las 16 horas. "Él estaba a cargo de trabajos de mucha importancia. Fue una desesperación tremenda. Ver que Pedro estaba herido de muerte y que había que sacarlo del lugar fue impactante", dice.
"El impacto que generó esto, provoca que muchas personas no quieran venir a trabajar al fundo. Sus familias tienen miedo de si van a volver sanos o si les va a llegar un balazo al estar haciendo su labor", complementa Nickelsen.
"Al Gobierno esto se le fue de las manos, el orden se perdió. O se ponen las pilas en garantizar la seguridad o estamos perdidos. Estamos quedando a merced de los terroristas. No se puede trabajar ni invertir más en este contexto y la gente tiene miedo de que la maten trabajando", cierra.
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"Al Gobierno esto se le fue de las manos, el orden se perdió. O se ponen las pilas en garantizar la seguridad o estamos perdidos". Pedro Nickelsen Dessy dueño del fundo Agua Buena