El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en Chile y cada día mueren tres mujeres por esta causa en el país, mientras que cada tres horas se diagnostica un nuevo caso de este tipo de cáncer en nuestro país. Estas son algunas de las escalofriantes cifras -incluidas en el Plan Nacional de Cáncer 2018-2028- que explican por qué es tan importante poner el foco en la prevención de esta enfermedad.

Se trata, por cierto, de una problemática global. De hecho, el cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. La incidencia de cáncer de mama está aumentando en el mundo en desarrollo debido a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida occidentales.

En efecto, el caso de las mujeres, el cáncer de mama es el cáncer más comúnmente diagnosticado, independiente del nivel de desarrollo de las regiones y países.

La sensibilización del público en general sobre el problema del cáncer de mama y los mecanismos de control, así como la promoción de políticas y programas adecuados, son estrategias fundamentales para el control de la enfermedad.

La detección temprana del cáncer mama es esencial a la hora de poder tratar con éxito esta enfermedad. Sin embargo, esta situación se ha visto dificultada durante la pandemia, ya que ha tenido un impacto importante en las consultas y exámenes preventivos y con ello, la posibilidad de hacer un diagnóstico a tiempo, retrasando además los tratamientos.

De hecho, según la Asociación de Clínicas de Chile, entre las enfermedades oncológicas más frecuentes, la que tuvo mayor descenso en su diagnóstico fue el cáncer mamario en un 33%, mientras que las mamografías disminuyeron en un 69%.

Es importante enfatizar que una vez que se regularizan las atenciones de salud y las posibilidades de desplazamiento es necesario reforzar las acciones preventivas en torno a esta compleja afección.

Se dice que ley pareja no es dura. Y este conocido refrán tradicional, creo necesario rescatarlo, para exponer las dramáticas consecuencias de las enormes restricciones que, en el contexto de actual crisis sanitaria, están sufriendo en nuestra Araucanía miles de emprendedores, principalmente quienes crean valor y empleo a través de servicios vinculados al turismo y la gastronomía, en comparación con las oportunidades de grandes empresas de bienes y servicios, que han continuado generando ventas con limitaciones mínimas, pese a que situaciones de riesgo que presentan, como por ejemplo, grandes aglomeraciones de público, e incumplimientos evidentes de las normativas sanitarias.

Llevamos ya siete meses desde la notificación del primer caso de covid-19 en la Región, y la reactivación económica es una promesa muy alejada de la realidad para nuestros emprendedores del turismo y la gastronomía, quienes habían tenido que dejar de funcionar, para posteriormente, sin ingresos, endeudarse en la banca o con familiares y amigos, para levantarse nuevamente, invertir en la readaptación de sus espacios, y volver a abrir sus puertas con aforos mínimos, hasta que lamentablemente, el retroceso en el Plan Paso a Paso, ha obligado a que cierren nuevamente sus puertas, muchos de ellos de manera definitiva, y con consecuencias que también afectan tanto a sus proveedores, como en los ingresos y la estabilidad laboral de sus trabajadores.

Estamos en un punto crítico, casi irreversible, en el cual, para darle viabilidad a los sectores del turismo y la gastronomía, el Estado debe, en primer lugar, cambiar de rumbo respecto a las restricciones y protocolos, primando siempre la seguridad de la comunidad.

Y en segundo lugar, desde el punto de vista de las políticas públicas, tengo toda la disposición de que podamos coordinar un accionar en conjunto con los gremios y los municipios, por las patentes, ordenanzas y otros. También, con los ministerios, por sus diversos programas de fomento, y con los servicios de gobierno central, y por cierto, desde el plano regional, para que nos pongamos a trabajar ya. De lo contrario, la inacción puede llevarnos a una pandemia económica de consecuencias insospechadas. El tiempo, se está acabando.

Alejandro Mondaca,

presidente del Consejo regional

de La Araucanía