Correo
Efectividad y efectos de las cuarentenas
Contraponer la salud a la economía, es como contraponer si se debe respirar o comer. Evidentemente la salud es primordial y su protección es de la mayor importancia. Pero la pregunta que debemos hacernos es si las cuarentenas que destruyen la actividad económica de miles de Pymes y la consiguiente cesantía, son la solución.
Los hechos muestran que la gente se contagia mayoritariamente en el ámbito doméstico, al interior del hogar, en reuniones familiares, en visitas y celebraciones entre parientes y amigos y no en su entorno de trabajo.
Las actividades productivas y comerciales con contadas excepciones, no someten a las personas a contactos estrechos de riesgo, tal como los define la autoridad sanitaria. Las personas van siempre con mascarillas, a distancias mayores a un metro y en lugares con aforo controlado. ¿No sería bueno repensar la solución y no seguir haciendo más de lo mismo? ¿Seguiremos en un ciclo continuo de olas de contagios y cuarentenas? Y entre una y otra, miles de emprendimientos y puestos de trabajo destruidos. ¿Porqué no trabajamos para evitar el contagio allí donde se produce? ¿Porqué no mejoramos las herramientas de trazabilidad, y usamos aplicaciones en los teléfonos para ello? ¿Porqué no gastamos dinero en mascarillas para repartirlas gratuitamente en vez de despilfarrar en cosas menos importantes? ¿Porqué no somos más oportunos para enviar a las personas contagiadas que viven hacinadas, a residencias sanitarias y evitar transmisión masiva?
Si seguimos haciendo más de lo mismo, solo podemos esperar los mismos resultados; cada día más cesantes, más ruina y pobreza. El sentido común y la experiencia de otros nos dicen que debemos poder respirar y comer al mismo tiempo.
Las cuarentenas son una solución del siglo XVI y verlas replicadas hoy, 500 años después, como la mayor respuesta de algunos países, es un insulto a la inteligencia y al progreso de nuestra civilización.
Antonio Cordero K.
Crimen y castigo
Supongo que los que proponen indultos para los delincuentes de la Plaza Baquedano y para los sinvergüenzas que se hicieron de bonos estatales inmerecidos, pedirán un tirón de orejas, a lo sumo, para los asesinos del cabo Eugenio Naín Caniumil.
Rodrigo Hernando Díaz
Renta vitalicia
Desde hace un año me acogí a renta vitalicia, para lo cual traspasé el 100% de mis fondos acumulados en mi AFP a una compañía de seguros.
Yo y la Cía. de Seguros firmamos un contrato en el cual yo le transfiero y también enajeno mi fondo acumulado en la AFP y ella me asegura una renta mensual mientras viva.
No acepto que terceros vulneren ese acuerdo, serio y legítimo firmado entre privados.
Los fondos traspasados ya no me pertenecen y solicitar un 10% de ellos es un robo que no estoy dispuesto a validar.
Claudio Gamboa
Asesinato protegido
A raíz del cobarde asesinato del carabinero Eugenio Naín es que vengo a expresar mi más absoluto reconocimiento a Carabineros de Chile.
Es impresionante constatar cada día que pasa como se protege en Chile a cuanto terrorista y delincuente que se les cruza por el camino, dejando en el más absoluto desamparo a la ciudadanía y lo que es peor como los señores políticos y Cía. S.A. se dedican a atacar a nuestros carabineros. Mientras ellos hacen su trabajo los jueces se dedican a ver todas las formas habidas y por haber para proteger a esta lacra.
Hoy el sur de nuestro país está dominado por el terrorismo y protegidos por traidores que espero que algún día la gente decente de Chile les cobre la cuenta antes de que sea demasiado tarde.
Pedro Arturo Olivares
¿Esperanza constitucional?
"Ningún problema puede ser resuelto en el mismo plano de pensamiento en el que fue creado", señaló Albert Einstein. Por otra parte, la reciente encuesta Cavem efectuada después del plebiscito, indica que la primera mayoría de los que votó apruebo, el 49%, lo hizo para mejorar los sistemas de salud, educación y pensiones, justas demandas que seguramente son compartidas por muchos de los que votaron rechazo, a cuya solución podían haber contribuido leyes que los políticos de las últimas generaciones no han sido capaces de hacer o acordar.
Tengo la esperanza entonces, que el principal y más urgente tema de discusión en la confección de la nueva constitución sea el diseño de un sistema político que asegure que aquellos que se dedican a esta actividad sean capaces de satisfacer las necesidades de los ciudadanos. Aunque si en este debate participan solo los actuales políticos, me temo que veremos confirmada la cita de Einstein.
Enrique Alvayay Castro