Correo
Pueblos originarios y nueva Constitución
Según el último censo del 2017, nuestra población está integrada por un 12,8% de personas de distintos pueblos originarios o indígenas.
Entre estos destacan el mapuche, correspondiente a casi el 80% de la población indígena, seguido por el pueblo Aymara (7,17%), Diaguitas (4,05%), Quechua (1,55%), Lican Antai (1,39%P), Colla (0,95%), Rapa Nui (0,43%), Kawashkar o Alacalufe (0,16%) y Yagán (0,07%).
Actualmente, se está discutiendo en el Congreso la incorporación de escaños reservados en la Convención Constitucional para personas que integren estas etnias, lo que constituye un avance hacia una democracia realmente participativa y representativa de nuestra sociedad.
Sin embargo, cualquiera que sea la fórmula que permita la incorporación de nuestros pueblos originarios, ya sea incluyéndolos dentro de los 155 cupos o aumentando dichos escaños, es fundamental que dicha decisión se adopte a la brevedad, para que tengan el tiempo necesario para preparar sus candidaturas y propuestas para una nueva Constitución.
Además, cualquier retraso en la definición de las reglas necesarias para la conformación de la Convención Constitucional, podría restarle legitimidad a un proceso tan trascendental para nuestro Estado, como es la redacción de una nueva carta fundamental.
María Lorena Rossel, Universidad de Las Américas, Sede Viña del Mar.
Prioridades
Es impresionante los dos Chile que estamos viviendo. Por un lado, la cleptocracia que se apoderó de los poderes que los ciudadanos delegamos a los políticos y que solo ven el carnaval de elecciones que armaron para 2020 y 2021, junto al festival del obstruccionismo y chantaje legislativo.
Por el otro lado, la gran mayoría de los chilenos, con urgentes necesidades derivadas del fallido "golpe de Estado" de 2019 y de la pandemia sanitaria, que ha desembocado en desempleo y cierre de empresas.
Exijamos: 1) Estado de Derecho ya, como sea. No puede ser que los derechos humanos de violentistas, asesinos y provocadores valgan más que los de la inmensa mayoría y, 2) que el presupuesto 2021 del Gobierno reasigne, a lo menos, el 15% a las nuevas prioridades y corte todo financiamiento superfluo o de programas pésimamente mal evaluados o programas que sean desplazables.
Jorge Porter Taschkewitz
La sabiduría
Una de las maneras de desacreditar el pensamiento ajeno, hoy por hoy, es tildándolo de simplista o populista, como si la verdad solo fuese atributo de los ilustrados y que aquéllos sin acceso a la educación formal y que no han tenido, por lo mismo, la oportunidad de conocer el pensamiento de los grandes pensadores, no están en condiciones de buscar y acceder a la verdad, y por ello no ser capaces de expresar sus anhelos y esperanzas, por estimar que carecen de conocimiento suficiente para saber cuáles son sus reales necesidades y cuál su derecho a la felicidad.
Así vemos como las elites, que han gozado desde su niñez con instrucción, la más de veces dirigida hacia una sola concepción de vida, con ausencia de una real educación - donde al educando se le proporcione herramientas para que por él mismo descubra la verdad - conforman cerradamente una cofradía impenetrable de desconocimiento acerca del sufrimiento ajeno, no le interesa exista desigualdad social, sufrimiento de los desposeídos, no está en su ADN la solidaridad, el amor por todos los seres humanos, llegando a sostener desconocer hasta ahora, por ejemplo, el hacinamiento humano que se vive en las poblaciones marginales de nuestro país, como de otros.
La búsqueda de la verdad no es atributo de nadie, es un camino que necesita de inteligencia, raciocinio, reflexión y conexión con la realidad, y que atento al interés del agente, lo lleve a descubrirla, a defenderla y a propagarla; demostrando en su actuar, independiente de su acervo cultural, que es un ser humano capaz de explicarse de dónde viene, quién es y hacia dónde va, atributos que lo revisten de sabiduría, muchas veces distante de la instrucción.
Carlos Reyes Hernández
Los resucitados
Las mismas caras (con algún retoque), con las mismas rebuscadas sonrisas, las mismas frases y, por supuesto, con el mismo cassette, con las mismas y añejas promesas, más viejas que el hilo plomo.
¿Es qué la familia política y asociados, no tiene nuevas caras para proponer a los cargos de gobernadores regionales a lo largo del país, siendo que los requisitos para ser candidato son tan básicos?, ¿o le está pasando lo mismo que a La Roja en que definitivamente no hay recambio y tiene que echar mano a sus "viejos estandartes"? Con la grandísima diferencia que en el fútbol esos "experimentados" estandartes nos dieron grandes alegrías y dos Copas América, pero en el caso de los políticos hoy "resucitados nunca dejaron de ser solamente "promesas".
Luis Enrique Soler Milla