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Analfabetismo político y escaños reservados
La Comisión Mixta del Congreso aprobó 17 escaños para los pueblos originarios en la Convención Constituyente, los escaños se aprobaron dentro de los 155 de la convención por tanto se descontarán de los distritos con mayor población de pueblo originarios, además se aprobó la creación de un padrón especial.
A simple vista parece un avance, pero un avance muy al estilo de la transición chilena "en la medida de lo posible". Se puede criticar que el mecanismo del padrón no se apega a las formas de autoidentificación propuestos por organismo internacionales, la cantidad de representantes es inferior al porcentaje del último censo y el hecho que no sean supernumerarios afecta a la representación general.
No obstante, los detalles jurídicos, políticos y técnicos del tema, me quiero referir al tema de la educación ciudadana detrás de la discusión parlamentaria y pública. En Chile existe una visión reducida del concepto de ciudadanía, ya que al juzgar las intervenciones de algunos diputados y senadores no reconocen la existencia de derechos diferenciados para los grupos históricamente postergados. Es un mínimo de justicia para avanzar hacia la reparación histórica, es poco considerando que se trata de representación en un organismo Constituyente y no de una representación permanente en unos de los poderes del Estado, como sí existe en muchos países. Esto hace que se vea difícil desde el plano cultural avanzar hacia la creación de un Estado Plurinacional, que debería estar en la discusión Constituyente.
La falta de comprensión de una parte de la clase política y de la sociedad chilena les impide ver el territorio como un espacio compartido, y la ignorancia histórica no les permite ver que la ciudadanía diferenciada como un derecho legítimo de los pueblos, sino que ven un privilegio o una amenaza que atenta en contra de la unidad nacional y de la igualdad ante la Ley. El analfabetismo político se debe combatir desde el aula y no es "ideologización", sino simplemente es estar a la altura de los tiempos.
Felipe Manríquez Poblete
Un nacimiento en Belén
Cuando Jesús nació, el paganismo era religión oficial junto a nazarenos, bautistas, esenios y otros de origen hebreo que esperaban un mesías: salvador de la opresión romana. En el Concilio de Nicea (325), oficialmente se reconoció que un hombre "encarnó la verdad" revertiendo los principios del 'religare' (volver a unir: raíz latina de 'religión').
El "averno romano" y el "olimpo" pasaron a ser infierno y cielo. Los augures, druidas, hierofantes, fueron reemplazados por curas, clérigos, pastores, prelados, papa, abad, teólogo.
Para el "cristianismo primitivo", Cristo no era un individuo humano. Era sustancia universal que late en cada átomo de la creación. El Niño de Oro (Jesús), justamente lo encarnó: por eso es "verdad y vida". Como creyentes, nos asimilamos a ello en lo espiritual y físico que al humanizarse, nos "salva" más allá del egoísmo, escribe O. Uzcátegui (1999) en "El Hombre Absoluto". En China es Fu-ji; México, es Quetzalcoatl; en Grecia, es Zeus; en Japón es Amida; en Egipto es Osiris o Hermes, en India, es Krishna. Todos concebidos por obra y gracia del Espíritu Santo que nace en un pesebre, adorado por pastores.
El nacimiento de Jesús en el "pesebre del mundo" es universal y humano. Nacer, vivir, morir y resucitar se deben realizar en el fondo de nuestras "conciencias". La Navidad es, entonces, humanamente individual; es necesario que nazca en nosotros siendo urgente la Navidad del Corazón donde el "pesebre" sea la "morada divina del alma", que los "animales del deseo" no lo habiten por la lucha entre espíritu y materia.
De nada vale que Cristo nazca en Belén, si no nace también en nuestros corazones. Que los pinos de Navidad se llenen de gloria y los ángeles pidan paz para los hombres de buena voluntad y la estrella de Belén signe el "camino anunciado".
Omer Silva Villena
La violencia histórica
En plena guerra fría del siglo pasado, el Partido Socialista chileno se reunió en su congreso en Linares el año 1965. Como resultado de sus deliberaciones, acordaron que… "Nuestra estrategia descarta de hecho la vía electoral como método para alcanzar nuestro objetivo de toma del poder".
Dos años después, en 1967, el mismo partido marxista se reunió en Chillán en un nuevo congreso y entre sus acuerdos destacó que "La violencia revolucionaria es inevitable y legítima".
En octubre de 2019, los hijos y nietos de Chillán y Linares decidieron retomar la vía violenta en Chile para alcanzar el poder, atacando organizadamente. En medio del fragor de la lucha callejera el senador Guillier, perdedor en la elección presidencial de 2017, echó bencina a la hoguera proponiendo la renuncia del Presidente y adelantar la elección del Congreso Nacional.
La pandemia enfrió los ánimos de los violentistas y dio tiempo a las policías para investigar y reunir pruebas, poniendo a disposición de la justicia a numerosos vándalos y delincuentes los cuales fueron formalizados por la justicia y privados de su libertad
Siguiendo un guión planificado, los senadores de izquierda están presentando estos días un proyecto de indulto para estos delincuentes terroristas, a quienes llaman "presos políticos". Los necesitan nuevamente en la calle porque los acuerdos de Chillán y Linares al parecer siguen vigentes.
Rodrigo Montesinos Vásquez