Correo
"El año que estuvimos (comenzó) en (el) peligro"
Como es una costumbre, fin de año, es la hora de hacer balances, qué hice, qué no hice, qué me quedó pendiente, equivocaciones, aciertos, arrepentimientos, para llegar a la última línea, y enterarnos si el resultado final fue en cifras azules o lamentablemente rojas...
Con toda seguridad, este año que se va, el 2020, fue una año marcado, de principio a fin por la aparición y la llegada (y ojalá, no para quedarse), del coronavirus y sus mutaciones, lo que hizo que empezáramos a ocupar palabras que solo escuchábamos en las típicas películas de fin de mundo, como cuarentena, virus mortal, miles y miles de muertes, contagios incontrolables, mascarillas y otra que se me escapa...
Tanto así, que todas las agendas, de todas las personas, de todas las actividades, tuvieron que ser cambiadas y readecuadas a la nueva realidad. Por ejemplo, llegó y con toda seguridad para quedarse, el trabajar desde la casa, sin duda un gran cambio, que se vislumbraba a futuro, pero con la llegada del coronavirus, se hizo toda una realidad...
La aparición del citado virus, con todas las desgracias que trae consigo, que por momentos se torna inmanejable, nos hizo pensar de lo vulnerables que somos, porque con todo el avance tecnológico que tiene hoy la humanidad, llegamos y fuimos a la Luna, Marte es la siguiente parada, y esto recién está comenzando, pero ocurre que un virus, que solo puede ser visto a través de potentes microscopios electrónicos, de un rato para otro, nos puso de cabezas, a todos. Las finanzas del mundo temblaron, alerta máxima para controlar los contagios, y tantas otras consecuencias, que sin duda, nos demuestran que seguimos, a pesar de todo nuestros conocimientos científicos, siendo muy vulnerables ante las sorpresas que nos tiene reservada la madre naturaleza...
De seguro muchos buscarán la palabra más usada del año que se va, candidatas hay muchas, ya mencioné algunas, todas relacionadas con el virus, pero yo creo que aunque no se dijo, o no se escribió en demasía, pero siempre estuvo en nosotros muy presente, es la palabra libertad, la libertad que perdimos, de movernos sin restricciones, de abrazarnos, de estrechar las manos, de tantas cosas, es una gran verdad, pero solo cuando nos limitan la libertad, la comenzamos a extrañar, porque siempre la consideramos tan natural como el aire que respiramos, es bueno saber que el recuperarla en pleno, hoy depende solo de nosotros, de cuidarnos y respetarnos. La vacuna es importante en la solución, pero como se ha dicho, no es el final de la pesadilla, deberemos seguir muy alertas, el mentado virus llegó, sin ser invitado y lo más probable, que para quedarse entre nosotros, palabras más, palabras menos, esa es la realidad...
Muchos al despedir el año 2020, lo llaman "El año que estuvimos en peligro", como aquella película de los años 80, pero en rigor deberían llamarlo "El año que comenzó el peligro", porque al igual que las producciones de Hollywood, con toda seguridad y los hechos así lo confirman, tendremos varias secuelas, al menos por los próximos años y con el mismo protagonista y sus descendencias...
"Y fue cuando estaba cayendo, que abrí mis alas y aprendí a volar" Richard Bach (1936) escritor estadounidense, autor de la novela "Juan Salvador Gaviota".
Luis Enrique Soler Milla
Nueva cepa de covid-19
Pese a que a la comunidad científica no se asombra por la llegada de esta nueva cepa del Sars-Cov-2 a Chile, sí sorprende que las autoridades no hayan tomado las medidas pertinentes como el cierre de las fronteras en protección a la comunidad. Una oportunidad perdida.
Hemos tenido noticias esperanzadoras con la vacuna, pero aún nos queda mucho camino por recorrer. No solo nuestro país debe tener un alto porcentaje de vacunación, sino que también en todas las regiones y naciones del mundo, con el fin de lograr la polución positiva y la inmunidad de rebaño. Recordemos que la vacuna no incluye esta nueva cepa y, al igual que la influenza, esta vacuna deberá actualizarse todos los años.
Mientras eso no pase, se debe fortalecer la vigilancia de laboratorio, tener claridad de las cepas del virus en cada ciudadano, lo que puede realizarse con ayuda de instituciones académicas, de forma rigurosa.
No olvidemos que una estrategia robusta de trazabilidad es clave para seguir avanzando en esta pandemia, el testeo la trazabilidad y el aislamiento con indicadores bajos y lograr cluster de casos, son claves. Asimismo, como las medidas de autocuidado, que a pesar de sonar repetitivo, siguen siendo de suma importancia y nos seguirán acompañando, evitando la transmisión comunal del virus.
María Jesús Hald, epidemióloga académica Instituto Salud Pública UNAB