Volver al futuro con Francisco Coloane
Una nueva antología recopila cuentos del escritor que le dio humanidad a la geografía austral de Chile.
Un hombre del siglo XX fue Francisco Coloane (Quemchi, 1910-Santiago, 2002). Ofició de ovejero y marino en tierras y mares sureños. También ejerció de periodista en El Mercurio, La Nación y Las Últimas Noticias cuando emigró a Santiago. Suyo es "El último grumete de la Baquedano" (1941) y una apreciable cantidad de relatos de aventuras hoy recopilados por el escritor chileno Diego Zúñiga ("Camanchaca", "Racimo") en la flamante edición de "Cuentos escogidos" (Alfaguara).
Coloane fue muy leído en Chile y fuera de nuestras fronteras. En los últimos años de su vida pudo disfrutar de ediciones en Francia, donde fue condecorado como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, vendiendo miles de ejemplares de sus obras.
Su padre, Juan Agustín Coloane, fue un cazador de ballenas en un lugar llamado Puerto Calvario, un nombre que parece sacado de las historias de su hijo. Murió cuando Coloane tenía 9 años. Con su madre Humiliana Cárdenas conoció el sur buscando un destino. En Huite aprendió a leer. En Ancud fue educado por los jesuitas. Estuvo también en Puerto Montt y en Punta Arenas. A los 16 años decidió independizarse. Tenía sólo un premio en un concurso literario narrando escenas del sur de Chile, pero se tenía fe: estaba decidido a escribir y vivir por su cuenta. Trabajó tipeando en máquinas documentos para abogados y publicó cuartillas culturales. También probó el teatro.
Un año después su madre murió. Hizo el servicio militar, lo que -según él- lo fortaleció físicamente. Cortó con esa vida para dedicarse al periodismo, el que combinó con otras labores mientras formaba su propia familia e iba y venía desde el sur hacia Santiago. Al borde de la pobreza, nuevamente recurrió al género breve para publicar en El Mercurio una historia sobre el territorio austral. Más tarde esa pieza se convertiría en uno de sus relatos más conocidos: "Cabo de Hornos". Recordamos su inicio:
"Las costas occidentales de la Tierra del Fuego se desgranan en numerosas islas, entre las cuales culebrean canales misteriosos que van a perderse allá en el fin del mundo, en 'La Sepultura del Diablo'".
La necesidad lo hacía escribir. Con el llamado a concurso de novela juvenil de la editorial Zig-Zag y la SECH en 1940 se motivó a escribir "El último grumete de la Baquedano". La obra se publicó un año después, rememorando su propia experiencia de pasajero en la nave.
En la conmemoración de los 400 años de Santiago, Coloane ganó con "Cabo de Hornos" (1941) el concurso municipal. En 1945 ganó un concurso de Zig-Zag con "Los conquistadores de la Antártida". Dos años después, la Armada lo invitó a conocer aquel mítico lugar.
Cuentos para viajar
Hoy, el conjunto "Cuentos escogidos" (Alfaguara) ofrece la posibilidad de atravesar las mareas y pampas del sur. Recorrer las páginas es viajar de la mano del escritor.
Los textos de esta nueva selección -más de veinte piezas en orden cronológico- incluyen un relato inédito y otros rescatados de la edición póstuma ("Antártico", 2008) hecha por los herederos de Coloane. El inédito es el "Galope en La Patagonia", "un cuento sorprendente, que estaba impecable en la edición, no había que hacerle nada", según el antologador.
Zuñiga pudo instalarse en la mesa del fallecido escritor cotejando originales. Así pudo ver "in situ" cómo trabajaba Coloane sus cuentos: "Nos pasó el material su hijo, material a máquina de escribir que pensaba él que eran inéditos, pero eran cuentos que fueron publicados con otros nombres, versiones previas a las que iba a publicar. Editaba mucho, corregía mucho, intervenía con cuidado, era obsesivo con probar, quitar pasajes completos, borrar un per-
Coloane nació en un palafito de Chiloé. Trabajó en una estancia de Tierra del Fuego y fue escribiente de la Armada.
Por Cristóbal Gaete
"Una adolescencia muy distinta a la que se vive hoy: a los 18 años ya trabajaba de manera brutal y tenía contacto con un mundo muy salvaje".
cedida